El Caminito del Rey, situado en la sierra de Málaga, ha dejado de ser uno de los recorridos "más peligrosos del mundo" tras 25 años de abandono, gracias a un proyecto de restauración sostenible que mejora la protección del visitante y se integra en el entorno manteniendo la emoción del vértigo.
"Muchas veces la tendencia de los arquitectos es competir con el entorno pero en este caso el proyecto ha tenido que adaptarse al lugar porque no se puede poner puertas al campo", ha explicado el autor y director de la obra, Luis Machuca.
Situado entre los municipios de Álora, Antequera y Ardales, este itinerario fue inaugurado a principios del siglo XX por Alfonso XIII con el objetivo de unir los saltos de agua entre los embalses de El Chorro y El Gaitanejo.
La nueva pasarela abrirá al público el próximo 28 de marzo tras un año de trabajo y tres intentos de restauración "siguiendo casi el mismo sistema que se empleó en su construcción inicial hace más de 100 años", ha afirmado Machuca.
Con paredes verticales que alcanzan los 700 metros de altura y tramos que no superan los diez de ancho, este camino discurre durante 8,5 kilómetros por el Desfiladero de los Gaitanes a más de 100 metros sobre el río Guadalhorce, que se completa en una duración estimada de tres horas y puede recorrerse en ambos sentidos.
Famoso desde su creación por lo arriesgado del trayecto, la restauración del Caminito del Rey ha permitido generalizar su acceso y reducir sus peligros aunque, según Machuca, "los visitantes deben saber que hacer este recorrido aún tiene un pequeño riesgo", debido a posibles desprendimientos o caídas.
Y es que esta ruta, frecuentada por escaladores, forma parte de la "historia negra" de la comarca por los accidentes mortales que se han producido en ella.
La Diputación de Málaga, en colaboración con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, ha invertido un total de 5 millones de euros para su restauración, de los que 2,24 se han destinado a la pasarela del recorrido y el resto a acondicionar los accesos al paraje.
Según Machuca, la obra cuenta con estructuras de acero inoxidable en las zonas más difíciles de mantener y de madera de pino en los tramos más accesibles, unos materiales que fueron traslados en helicóptero hasta el lugar y colocados por alpinistas profesionales.
El director del proyecto ha subrayado que buscaba "una estructura articulada que se fuera adaptando al medio" para reducir el impacto medioambiental y conseguir que el visitante "se sintiese parte del entorno".
Además, ha explicado que el recorrido contará con un acondicionamiento lumínico para abrir un acceso alternativo desde Ardales hasta el Caminito del Rey en un paso subterráneo que servirá de "atajo".
El visitante se encontrará con un paisaje "absolutamente inesperado" en el que abundan pinos carrascos, encinas y eucaliptos, acompañados de palmitos, retamas, jaras y vegetación de ribera.
La fauna "característica de la sierra malagueña" cuenta con alimoches, buitres leonados, jabalíes, cabras montesas, zorros y "una leyenda": el sapillo pintojo, un anfibio para el que se ha construido un hábitat "con la intención de que críe".
Según la Diputación de Málaga, podrán acceder de forma gratuita y con reserva previa hasta 600 personas al día en grupos reducidos para no poner en peligro la estabilidad de la estructura.
El director de desarrollo Negocio Verde Interior-Turismo Activo del Turismo Costa del Sol, Nacho Ruiz, se ha mostrado satisfecho ante la acogida por parte del público, ya que sólo en la primera semana reservaron más de 32.000 personas procedentes de toda Europa.
Machuca ha concluido que es importante evaluar el "impacto humano" que tendrá el proyecto porque "va a crear riqueza en la zona", pero si no se dan los pasos correctos en su gestión, se puede "morir de éxito"