Durante el verano austral de 2015 un grupo de científicos españoles, en colaboración con investigadores argentinos e ingleses, llevó a cabo en la Antártida terrestre una actuación para la erradicación de una colonia del pasto azul europeo, también llamada hierba de Kentucky (Poa pratensis).
La actuación, realizada en el marco de las actividades de la Campaña Antártica Española 2014-2015, es una medida de respuesta al redescubrimiento de la persistencia del pasto azul europeo junto a la Base Argentina Primavera.
La especie fue introducida inadvertidamente en los años 50 en ese mismo lugar.
“La planta llegó accidentalmente con experimentos de repoblación de la Antártida con hayas australes (Nothofagus sps.). Aunque las hayas repobladas no fueron capaces de sobrevivir a la dureza de las condiciones climáticas antárticas, el cepellón de tierra contenía herbáceas con un fuerte potencial invasor que se establecieron como colonia y han venido aumentando su distribución durante los últimos 60 años”, señala Javier Benayas, del departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), quien dirigió las actuaciones de erradicación junto a Luis Pertierra, de la Universidad Rey Juan Carlos.
En 2013, los mismos investigadores llamaron la atención sobre la persistencia y el crecimiento acelerado de la colonia de esta herbácea invasora, en un artículo publicado en la revista Polar Biology junto a investigadores del British Antarctic Survey.
“Dado que su introducción en el continente por medios humanos está documentado y no admite duda, se decidió retirarla antes de que se extendiese y causase más daños al ecosistema. Se trata de una planta que podría desplazar a la escasa flora nativa y ocupar su lugar”, declaran los investigadores.
Conservación del continente blanco
Hoy en día la preocupación por la creciente degradación ambiental causada por la introducción de especies en la Antártida es máxima. La introducción deliberada o accidental de especies está prohibida y se intenta controlar para preservar los valores naturales autóctonos del continente.
La Antártida es el continente menos afectado por el hombre, siendo un espacio único para estudiar la vida en su estado más natural. La introducción de especies, facilitada por el cambio climático y la creciente actividad humana en la Antártida, degradan la singularidad de sus ecosistemas.
La reciente actuación de erradicación de pasto azul precisó de medidas de biocontención y la remoción de hasta 700 kilos de materia vegetal y suelo.
Para evitar todo rastro de materia alóctona, se examinó minuciosamente el terreno escavado, eliminando todo rastro de raíz y rizomas en grietas, incluso quemando la superficie de la roca madre con un pequeño soplete.
“Es la primera erradicación completa llevada a cabo en el continente con una importante colaboración entre tres países dentro del ámbito antártico, un ejemplo de la cooperación internacional que se desea dentro del espíritu del Tratado Antártico”, declara Javier Benayas.
Por su parte, Luis Pertierra destaca: “Hemos atajado el problema preventivamente, una especie accidentalmente introducida que se expande se convierte en un daño progresivo al ecosistema difícilmente de remediar con un gran coste científico, económico y moral”.
De acuerdo con los investigadores, aunque la erradicación ha sido un éxito, no se puede garantizar que se haya logrado una remoción completa hasta que haya trascurrido un tiempo de vigilancia. Por tanto, la batalla por preservar los ecosistemas antárticos sigue en marcha.
A raíz de esta operación, una especie menos amenazaría hoy el continente, dejando el número de plantas introducidas en una sola (Poa annua), así como un número creciente de invertebrados.
Proyecto ALIENANT
La actuación de erradicación se realizó en el marco del proyecto ALIENANT, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad a través de la Convocatoria de Proyectos de I+D de Excelencia, y dirigido desde la Universidad Rey Juan Carlos por el Profesor Miguel Ángel Olalla.
Este proyecto se plantea explorar a dos escalas espaciales (local y biogeográfica) los posibles riesgos de introducción, establecimiento y expansión de especies invasoras en los ecosistemas terrestres antárticos, teniendo en cuenta los efectos del cambio climático y los impactos locales asociados al creciente movimiento de científicos y turistas en el territorio.
Las futuras actividades de investigación del proyecto ALIENANT se centrarán en mejorar el conocimiento sobre la distribución y los impactos de estas otras especies, prestando especial atención a la fauna edáfica dominada por los colémbolos.