El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Banco Santander, a través de Santander Universidades, y la Fundación General CSIC han presentado hoy los resultados definitivos de los Proyectos Cero sobre Especies Amenazadas. Han asistido al acto el presidente del CSIC, Emilio Lora‐Tamayo, el vicepresidente ejecutivo de Banco Santander, Rodrigo Echenique; y el director general de la Fundación General CSIC, Miguel García Guerrero.
El acto se ha iniciado con la intervención de Miguel García Guerrero, director general de la Fundación General CSIC, quien resaltó que la desaparición de otros seres vivos con los que convivimos en nuestro planeta, adema de suponer una pérdida irreparable para el árbol de la vida, afecta significativamente al bienestar humano. “Desde la Fundación General CSIC llamamos al compromiso con el medio ambiente como valor esencial en el desempeño de cualquier actividad humana”.
El vicepresidente ejecutivo de Banco Santander, Rodrigo Echenique, agradeció a los investigadores de los Proyectos Cero “su contribución al avance de la ciencia y el conocimiento en España. Su trabajo nos ayuda a ser una sociedad más abierta y mejor preparada para comprender los desafíos de un mundo en acelerado proceso de cambio ydigitalización”. Recordó que la misión de Banco Santander es “contribuir a la prosperidad de las personas, de las empresas y de las sociedades en las que estamos presentes de una manera sencilla, personal y justa.”Ha finalizado, el presidente del CSIC, Emilio Lora‐Tamayo, que ha destacado el esfuerzo conjunto que ha representado Proyectos Cero en Especies amenazadas. “Un proyecto de ciencia moderna, multidisciplinar y orientada a dar respuesta a uno de los grandes retos de la sociedad: la conservación de la biodiversidad. Un proyecto que ha supuesto 1.100.000€ de inversión, el trabajo de casi sesenta investigadores a lo largo de cuatro años, y la participación 12 instituciones, dos de ellas internacionales, y nueve centros e institutos del CSIC. Que ha incorporado, trabajando en equipos multidisciplinares, a expertos en acuicultura, botánica, recursos cinegéticos, zoología, epidemiología, ecología, biodiversidad, y economía aplicada, tanto de centros de investigación como centros tecnológicos”.
La conferencia de Pedro Jordano, investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) sobre “Los retos de la conservación de la biodiversidad en el Antropoceno”; y las intervenciones de los investigadores principales de los cinco proyectos Cero en Especies Amenazadas: José A. Godoy, Pablo Vargas, Lluis Brotons, Jaime Bosch y Annie Machordom, explicando los resultados de sus investigaciones son la respuesta científica a la conservación de la biodiversidad.
Los secretos del lince ibérico, al descubierto. Investigador principal José A. Godoy
El proyecto “Desvelando el genoma del lince ibérico” ha conseguido su principal objetivo: generar un borrador de calidad y densamente anotado de este felino en peligro de extinción, el primero de un animal superior que se secuencia íntegramente en España. Con el proyecto, el lince ibérico se convierte en la primera especie en peligro crítico de extinción en contar con los potentes recursos de la genómica para su conservación. Se han ordenado los casi 3.000 millones de pares de bases que componen su ADN con una técnica caracterizada por su coste moderado, y por su utilidad en la secuenciación de otros genomas similares en el futuro.
Objetivo: la preservación de algunas de las más antiguas especies vegetales. Investigador principal: Pablo Vargas
El proyecto “Cómo evitar la desaparición de cinco especies vegetales” ha puesto de manifiesto que nos encontramos sin dudaante las cinco plantas en peligro de extinción que presentan mayor urgencia para la conservación dentro la flora española, por tratarse de los últimos representantes vivos de sus linajes. Estas especies pertenecen a los géneros Avellara, Castrillanthemum, Gyrocaryum, Naufraga y Pseudomisopates, y ahora sabemos que las cuatro primeras pueden ser consideradas como verdaderos fósiles vivientes, es decir, que son especies que aparecieron hace muchos millones de años y que no tienen en la actualidad parientes próximos vivos. La investigación ha permitido conocer aspectos vitales de la biología de estas plantas para poder determinar su capacidad de supervivencia en el futuro.
Conciliando al ser humano con la naturaleza. Investigador principal: Luis Brotons
El proyecto “Hacia la conservación de especies amenazadas en paisajes humanizados” avanza en la creación de marcos conceptuales y metodológicos que han permitido evaluar los efectos potenciales de diferentes alternativas agronómicas posibles en una determinada región, para la toma objetiva de decisiones en los ecosistemas. La investigación, partiendo del análisis de estrategias de conservación utilizadas en especies como el aguilucho cenizo, pretende ofrecer respuestas ante el amplio consenso sobre la necesidad de conciliar el desarrollo socioeconómico y la conservación de la naturaleza.
Los anfibios, un poco más a salvo. Investigador principal: Jaime Bosch
Las enfermedades emergentes específicas que están llevando a los anfibios al borde del colapso han sido protagonistas del proyecto “Erradicar al hongo que está diezmando los anfibios es posible”. El estudio ha profundizado en la ecología de los agentes patógenos causantes de estas enfermedades, sobre algunos mecanismos relacionados con la susceptibilidad y la respuesta inmune ante estas enfermedades, así como sobre sus efectos reales sobre las poblaciones de anfibios a largo plazo. Esta información básica servirá para poner en marcha nuevas iniciativas novedosas para mitigar los nocivos efectos de estos agentes, y se ha trabajado además en protocolos de actuación para eliminar del medio algunos de estos patógenos.
Cerrado el ciclo biológico de la Patella ferruginea. Investigador principal: Annie Machordom
El proyecto “Reproducción en cautividad de una especie en peligro de extinción: Patella ferruginea” desarrollado durante tres años, ha logrado completar, en condiciones de laboratorio, todo el desarrollo embrionario y larvario de la especie y, lo que es más importante, conseguir ejemplares juveniles a partir de larvas obtenidas en el laboratorio, que han alcanzado la madurez sexual. Por tanto, se ha logrado completar el ciclo biológico (“cerrar el ciclo”) de la especie.