- El consumo de papel se incrementa el 2,8% en 2014 y el 2,1% en 1TR 2015
- La industria papelera abre un nuevo ciclo inversor: la inversión crece el 23% en 2014
- La producción de papel vuelve a crecer: 4,6% en abril y 5,7% en mayo 2015
- La accidentalidad desciende a la mitad (2006-2014): una prioridad al margen de la crisis
- En la crisis, la pérdida de empleo en el sector (8,5%) ha sido relativamente moderada, y más severa (5%) en la primera recesión que en la segunda (3,7%).
La industria del papel vuelve al crecimiento en el segundo trimestre de 2015 (4,6% en abril y 5,7% en mayo), tras la recuperación del consumo en 2014, y abre un nuevo ciclo inversor, según datos de ASPAPEL que hoy ha presentado su Informe Anual y Memoria de Sostenibilidad. “Somos industria y reivindicamos la industria, la economía real, que genera valor añadido y riqueza, que crea empleo, que invierte e innova –afirmó Eduardo Querol, presidente de ASPAPEL, en la presentación que ha tenido lugar hoy en Madrid.
Se incrementa el consumo de papel
La tan esperada recuperación del consumo de papel se produjo en 2014, con un incremento del 2,8%, que duplica el crecimiento del PIB español y triplica la media de crecimiento del consumo de papel en la UE (0,9%).
Los últimos datos disponibles de consumo, con un crecimiento de enero a marzo 2015 del 2,1%, confirman la recuperación iniciada el pasado ejercicio.
Todos los tipos de papeles registraron en 2014 incrementos en su consumo, salvo los higiénicos y sanitarios que descendieron un 2,6%.
En los papeles para embalajes, el cartón estucado creció el 2,9% y los papeles para cartón ondulado el 3,3%. El consumo de otros envases y embalajes (papel kraft sacos, papeles para bolsas, papel/cartón para tubos, productos de celulosa moldeada…) fue el de mayor crecimiento con un 5,7%.
También el consumo de papeles gráficos (prensa e impresión y escritura), los que más habían descendido durante la crisis, se incrementó el 3,3%. Los papeles especiales registraron una subida del 4,6%.
Tras el máximo histórico de 7,9 millones de toneladas, registrado en 2006, el consumo de papel en España inició una caída, que se tradujo en una reducción de 1,8 millones de toneladas (-23%) a lo largo de la crisis.
España es el quinto consumidor de papel y cartón de la UE, precedido de Alemania, Reino Unido, Italia y Francia.
La industria papelera abre un nuevo ciclo inversor
La inversión vuelve a la industria papelera y lo hace con fuerza, creciendo un 23% en 2014. En el conjunto de la UE, las inversiones de la industria papelera crecieron un 2,2%.
En los años de bonanza, la industria papelera española puso en marcha un fuerte ciclo inversor (1.527 millones entre 2005 y 2008), que supuso un plus de competitividad para capear la crisis. Se sucedieron después cinco años de descensos en las inversiones.
Se abre ahora un nuevo ciclo inversor, iniciado en 2014 con 183 millones de euros de inversiones, destinadas fundamentalmente a aumento de la capacidad de producción, reducción de costes y renovación tecnológica e innovación.
En el conjunto del periodo 2011-2014, no obstante, el sector invirtió un total de 639 millones de euros, lo que supone casi el 4% de la facturación.
La oportunidad perdida de 2014
Después de 13 meses consecutivos de descensos, la producción de papel vuelve a crecer en abril de 2015 el 4,6%, con respecto al mismo mes del ejercicio anterior. Los datos estimados de mayo confirman la recuperación con un crecimiento de la producción de papel del 5,7%. El dato acumulado de los cinco primeros meses de 2015 se sitúa ya en cifras positivas, con un incremento del 0,5%.
La solidez de la industria papelera española y el fuerte ciclo inversor que tuvo lugar entre 2005 y 2008 permitieron capear la crisis con un mejor comportamiento que la media europea del sector y por encima del Índice de Producción Industrial (IPI) y del PIB en España. Todo ello hacía esperar un importante despegue de la producción cuando el mercado interior y los principales mercados de exportación (Francia, Italia, Alemania, Portugal…) se reactivasen.
Sin embargo, el tan anhelado crecimiento del mercado interior de papel, que se produjo por fin en 2014 (2,8%), se cubrió paradójicamente con importaciones, mientras la producción española de papel descendía un 2,4% y las exportaciones caían el 4,3%. El ejercicio 2014 fue una oportunidad perdida para el sector papel: un resultado inesperado para una industria que había dado sobradas muestras de su fortaleza y su alto nivel de competitividad.
La reforma eléctrica, que ha supuesto para el sector un deterioro de su competitividad en el peor momento, está sin duda detrás de esta pérdida de cuota en el mercado nacional y del retroceso de las exportaciones registrado en 2014.
Sector exportador
La reducción del consumo interno llegó a ser de 1,8 millones de toneladas, desde el máximo histórico de 2006 a 2013. La producción papelera española, sin embargo, decreció apenas medio millón de toneladas durante la crisis (desde su nivel más alto, alcanzado en 2007 hasta 2013). Esto fue posible gracias al crecimiento de las exportaciones y la reducción de las importaciones, que llegaron a descender en 1,3 millones de toneladas, pasando de 4,3 millones de toneladas en 2006 a apenas 3 millones de toneladas en 2013.
La industria papelera española es un sector exportador y precisamente los mercados exteriores han sido su motor a lo largo de la crisis, con un importante incremento de las exportaciones, llegando a vender en los mercados exteriores la mitad de su producción.
La industria papelera española exportó en 2014 el 59% de la producción de celulosa y el 48% de la producción de papel. Las exportaciones supusieron el 63% de la facturación total del sector.
Desde 1990 la exportación de papel se ha multiplicado casi por seis y la de celulosa se ha más que duplicado. A lo largo de la crisis, se han registrado récords históricos de exportación. Pero, en el ejercicio 2014, los sobrecostes energéticos derivados de la aprobación de un nuevo marco regulatorio hicieron mella también en las exportaciones.
La cadena de valor del papel
La fabricación de papel en España tiene un muy amplio y positivo impacto económico. La cadena del papel, desde el bosque, pasando por la fabricación de celulosa y papel y su transformación en todo tipo de productos papeleros (cajas, bolsas, libros, periódicos…), hasta su recogida y tratamiento para su reciclaje final en una fábrica papelera, cerrando el ciclo, es una potente cadena de valor, de creación de empleo y riqueza.
La industria de la cadena del papel, desde las plantaciones para papel, pasando por la industria papelera, las industrias transformadoras, impresores, editores de libros, empresas de marketing directo, hasta las empresas de la recuperación de papel y cartón suponen el 3% del PIB español.
La accidentalidad se reduce a la mitad
Los ratios de accidentalidad en el sector papelero se han reducido a menos de la mitad desde 2006, según datos de la Memoria de Sostenibilidad de la Industria del Papel editada por ASPAPEL. Con crisis y sin crisis la seguridad es prioritaria en el sector.
La colaboración patronal-sindicatos y la activa participación de las empresa, en el marco del Programa Sectorial de PRL, son sin duda la clave de este éxito.
La plantilla de la industria papelera española se caracteriza fundamentalmente por su cualificación, estabilidad y bajo índice de rotación.
El sector papelero cuenta en España con 77 plantas de producción y actúa como vertebrador social de numerosas comunidades en todo el país. Y en algunas de ellas tiene una importancia clave en la creación de riqueza y empleo.
En 2014 el sector tenía 16.570 empleos directos. Desde el inicio de la crisis, la pérdida de empleo en el sector (8,5%) ha sido relativamente moderada, en relación a lo ocurrido en el conjunto del mercado laboral español. Y ha sido más severa (5%) en la primera recesión que en la segunda (3,7%).
Una industria ganadora
“Somos un sector –explicó Eduardo Querol, presidente de ASPAPEL- que está desarrollando hoy el modelo de consumo y producción sostenible, en el que mañana se basará toda la producción industrial. Contamos con las bazas del excelente comportamiento medioambiental y la gran capacidad innovadora del papel. Sabemos que tenemos un gran futuro y queremos compartirlo, atrayendo talento y capital a esta industria ganadora”.