El informe “Living Blue Planet” de WWF revela que gran parte de los problemas que amenazan el océano se pueden evitar y que existen soluciones para cambiar el rumbo.
El estudio actualizado de mamíferos marinos, aves, reptiles y peces muestra que las poblaciones se han reducido, como promedio, a la mitad a nivel mundial en las últimas cuatro décadas, llegando algunos peces a disminuir un 75 por ciento.
Los últimos hallazgos suponen un problema para todas las naciones, especialmente para quienes habitan en países en vías de desarrollo.
"El Mediterráneo tiene un alto nivel de especies endémicas, algunas de las cuales ya se han extinguido y otras muchas que están disminuyendo muy rápido: sencillamente este no es el mar que conocieron nuestros padres hace una generación”, apuntó Giuseppe Di Carlo, Director del Programa Marino Mediterráneo de WWF.
"El Mediterráneo es una de las zonas de pesca más antiguas del mundo y la gente se ha ganado la vida con esta actividad durante siglos. Pero nuestro mar está ahora en gran parte sobreexplotado: en el Mediterráneo se capturan cada año alrededor de 1,5 millones de toneladas de peces, el 95% de los stocks están sobreexplotados y el 89% agotados, y la mayoría de las especies de tiburones están prácticamente extintas.
Esta situación socava la sostenibilidad del sustento y el futuro de muchas personas, en especial en las comunidades costeras, que dependen totalmente del mar", añade Di Carlo.
Para invertir la tendencia a la baja, los líderes mundiales deben asegurarse de que la recuperación del océano y salud de los hábitats están contemplados en la aplicación de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, que se aprobarán formalmente a finales de este mes.
Las negociaciones sobre un nuevo acuerdo climático global son también una oportunidad importante para forjar un acuerdo que apoye la salud del mar.
"Publicamos este informe con urgencia para proporcionar la foto más actual del estado del océano", dijo Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.
"En una sola generación, la actividad humana ha dañado gravemente el océano capturando peces más rápido de lo que pueden reproducirse, mientras se destruyen sus zonas de alimentación. Se necesitan cambios profundos para garantizar una vida marina abundante a las generaciones futuras ".
La investigación en el informe de WWF indica que las especies esenciales para la pesca comercial y la subsistencia – y por tanto para el suministro de alimentos a escala mundial – pueden estar sufriendo los mayores descensos conocidos. De hecho, el estudio subraya la severa caída en las poblaciones de peces comerciales, como la dramática pérdida del 74 por ciento de la familia de peces para consumo que incluye atunes, caballas y bonitos.
"Estamos capturando peces de tal manera que podríamos quedarnos sin acceso a una fuente de alimento vital para el hombre y un motor económico esencial. La sobrepesca, la destrucción de los hábitats marinos y el cambio climático tienen consecuencias nefastas para toda la población humana. Sin olvidar que son las comunidades más pobres que dependen del mar las que se verían afectadas de forma más rápida y más severa. El colapso de los ecosistemas oceánicos podría desencadenar en un declive económico serio – y socavar nuestra lucha para erradicar la pobreza y la desnutrición ", dijo Lambertini.
El informe muestra un descenso del 49 por ciento de las poblaciones marinas entre 1970 y 2012. El estudio ha analizado 5.829 poblaciones de 1.234 especies, por lo que se tiene casi el doble de datos que en estudios anteriores y se puede dar una imagen más clara y más preocupante de la salud de los océanos.
Los hallazgos se basan en el Índice Planeta Vivo, una base de datos mantenida y analizada por los investigadores de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL). En respuesta a las alarmantes estadísticas planteadas en el Informe Planeta Vivo de WWF 2014, estos estudios especiales analizan cómo la sobrepesca, las alteraciones del hábitat y el cambio climático están afectando a la biodiversidad marina.
Junto con la crisis del descenso de las poblaciones de peces, el informe muestra fuertes caídas en los arrecifes de coral, manglares y praderas marinas que albergan especies de peces y proporcionan valiosos servicios a las personas.
La investigación muestra que los arrecifes de coral y las praderas podrían perderse en todo el mundo para el año 2050, como resultado del cambio climático. Con más del 25 por ciento de todas las especies marinas que viven en los arrecifes de coral y unos 850 millones de personas que se benefician directamente de sus servicios económicos, sociales y culturales, la pérdida de los arrecifes de coral sería una extinción catastrófica con consecuencias dramáticas en las comunidades.
La situación en el Mediterráneo
En el Mediterráneo, las praderas marinas son de suma importancia, aportando entre 58.3 y 91.5 millones de euros al año para la pesca comercial por sí sola, al tiempo que prestan servicios ecosistémicos adicionales, como la captura de carbono y la protección de la costa.
Mientras que la sobrexplotación se identifica como la mayor amenaza para la biodiversidad del océano, el estudio incide en que el cambio climático está causando al océano cambios más rápidos que en cualquier otro momento en millones de años. El aumento de las temperaturas y de la acidificación, causada por el dióxido de carbono agravan los impactos negativos de la sobrepesca y de otras amenazas más importantes, incluyendo la degradación del hábitat y la contaminación.
"Además, el Mediterráneo está especialmente amenazado, ya que es una cuenca semicerrada, y el calentamiento se produce a un ritmo dos veces mayor que en los océanos más grandes, con 150 millones de personas que viven a lo largo de sus costas y 270 millones de turistas que llegan cada año", concluye Giuseppe Di Carlo.
Más allá del evidente daño a la naturaleza, las amenazas al océano ponen en riesgo al menos 2,5 billones de dólares y una base de activos global de al menos 24 billones de dólares, según datos de un estudio previo de WWF.
"La buena noticia es que existen soluciones y sabemos lo que hay que hacer. El océano es un recurso renovable que puede abastecer a las generaciones futuras si abordamos estas presiones de forma efectiva ", dijo Lambertini. "Si vivimos dentro de límites sostenibles, el océano contribuirá a la seguridad alimentaria, a crear medios de subsistencia, a las economías y a nuestros sistemas naturales. La ecuación es simple. Debemos aprovechar esta oportunidad para apoyar el océano y revertir el daño mientras podamos".
El informe de WWF detalla oportunidades para los gobiernos, las empresas y las comunidades con el fin de asegurar un océano vivo. Entre ellas, destacan medidas importantes para preservar los recursos oceánicos que incluyen preservar y reconstruir el capital natural marino, consumir de una forma responsable y dar prioridad a la sostenibilidad.
A principios de este año, un estudio independiente de WWF reveló que cada dólar invertido para crear áreas marinas protegidas podría producir el triple de beneficios a través de factores como el empleo, la protección de la costa, y la pesca. Ese análisis mostró que el aumento de la protección de los hábitats críticos podría producir beneficios netos de entre 490.000 millones de dólares y 920.000 millones de dólares entre 2015 y 2050.
En septiembre, los gobiernos acordarán formalmente la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con prioridades como la reducción de la pobreza y el aumento de la seguridad alimentaria que tienen vínculos directos con la salud del océano. Es esencial que el desarrollo político y financiero de la agenda de desarrollo sostenible aborde la destrucción del hábitat, la sobrepesca, la pesca ilegal y la contaminación marina.
Según el informe, las decisiones adoptadas en la conferencia climática de la ONU en París impactarán directamente sobre el futuro de la salud de los océanos. Los compromisos internacionales actuales están muy lejos de lo necesario para detener los niveles de calentamiento y la acidificación, problemas catastróficos para los sistemas oceánicos y todas las personas que dependen de ellos.
La campaña global de WWF, Un mar de Riqueza, se basa en décadas de trabajo de la organización y de sus socios en conservación marina. WWF está trabajando con los gobiernos, las empresas y las comunidades para animar a los líderes a tomar medidas urgentes para apoyar el océano y proteger el bienestar y los medios de vida de miles de millones de personas en todo el mundo.