España volverá este año a batir el récord de turistas y se consolidará así como una de las principales potencias mundiales del sector, pero afronta el reto de desestacionalizar y diversificar su oferta y los recursos naturales pueden ser una de las claves para ello.
Es el país europeo con más biodiversidad, con una mayor variedad de paisajes, y muchos "tour operadores" nacionales y extranjeros han fijado su foco en eso para canalizar el creciente interés por los espacios naturales bien conservados.
Y es que cada año más de medio millón de personas eligen los paisajes españoles para practicar turismo de naturaleza o ecoturismo, un sector que crece por encima del turismo convencional, entre el 15 y el 20 por ciento, y que mueve un volumen de negocio de unos 2.000 millones de euros.
Mochila, prismáticos, ropa cómoda y ganas de desconectar al aire libre; así es el perfil del ecoturista, exigente, inconformista, con aspiraciones de seguir siendo exclusivo y un recurso rentable para muchas empresas empeñadas en reinventar el turismo en España.
El pasado domingo, con motivo del Día Mundial del Turismo, España hizo gala de una naturaleza que puede representar claros beneficios económicos y oportunidades de desarrollo, como reza el lema de esta jornada: "Mil millones de turistas, mil millones de oportunidades".
Pero situarse con éxito en un mercado que crece a ese ritmo anual exige a las empresas alcanzar un grado de excelencia acorde a un público que busca algo más que un alojamiento cómodo y que huye del modelo sol y playa, tan asociado a la oferta española.
En Turespaña -el principal organismo público encargado de promocionar el turismo en España- están convencidos de que el turismo de naturaleza tiene que desempeñar un papel fundamental en esa lucha por desestacionalizar y diversificar la oferta.
En esta línea, el recientemente aprobado Plan Sectorial de Turismo de Naturaleza y Biodiversidad identifica a los empresarios comprometidos con la conservación de los valores naturales para ayudarles en una promoción turística diferenciada.
Así, uno de los cuatro grandes pilares sobre los que se asienta el Plan es el desarrollo de productos turísticos sostenibles que pongan en valor la biodiversidad sin amenazarla, mediante un sistema de acreditación de la sostenibilidad turística para lugares de la red Natura 2000.
En España, que aporta más de 2.000 espacios a esa red europea, los gastos asociados a las visitas a la Red Natura oscilan entre 50.000 y 90.000 millones de euros al año, según datos facilitados por el Gobierno, que ha subrayado además que el sector turismo en esos espacios representa 5 millones de empleos.
Además, según la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, "si la gestión de estos espacios protegidos fuera la adecuada, el PIB español subiría entre un 0,1 y un 0,26 por ciento".
Diversos análisis encargados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la Fundación Biodiversidad apuntan a que serían necesarios unos mil millones de euros para garantizar esa adecuada gestión.
Sin embargo, estudios realizados en España y en otros países de la Unión Europea ponen de relieve que los beneficios de ese conjunto de espacios son muy superiores a su coste; así, cada euro invertido genera como contrapartida veinte de beneficio.
Turismo rural, astroturismo, turismo ornitológico, gastronómico, senderos submarinos, turismo activo, turismo micológico… son numerosas las nuevas líneas de negocio de empresas que en España han sabido y saben sacar provecho de su gran potencial natural, haciendo en ocasiones de la desventaja de encontrarse en un lugar perdido y poco accesible, un plus de excelencia.