En los últimos 40 años, las poblaciones de especies marinas se han reducido en un 39% de media en todo el mundo debido, entre otros motivos, a la sobrepesca.
Para concienciar sobre los riesgos de esta práctica, la organización ecologista WWF ha presentado una campaña de información al consumidor, financiada por la Comisión Europea, para promover la elección responsable de pescado y marisco. Solo en España se han importado 1,5 millones de toneladas de estos productos
La organización ecologista WWF presentó ayer en Madrid el proyecto Fish Forward, cofinanciado por la Comisión Europea en 11 países de la Unión Europea (UE), para concienciar a los consumidores sobre las consecuencias ecológicas y sociales a escala global que tiene el consumo de pescado. En la iniciativa participan España, Bulgaria, Alemania, Francia, Grecia, Italia, Croacia, Austria, Portugal, Rumanía y Eslovenia.
Esta campaña de sensibilización pretende demostrar que cada consumidor puede contribuir a una economía más responsable con las personas y la naturaleza mediante la compra de pescado y marisco sostenibles.
“La elección del consumidor puede determinar que nuestros océanos se mantengan saludables o cada vez estén más degradados”, explica García Varas
La asociación también da a conocer las condiciones de vida de las comunidades pesqueras de los países en desarrollo, los impactos de la producción pesquera y acuícola y cómo una actividad sostenible puede contribuir a su bienestar.
“La campaña está muy centrada en dar información al consumidor porque consideramos que tiene un papel clave: su elección puede determinar que nuestros océanos se mantengan saludables o cada vez estén más degradados”, explicó ayer en rueda de prensa José Luis García Varas, responsable del Programa Marino de WWF, quien resaltó que la campaña pretende llegar a 50 millones de consumidores en todo el mundo y, al menos, a 10 millones en España.
Para la organización, es fácil identificar el origen sostenible si los productos están adecuadamente etiquetados. Por ejemplo, a través de etiquetas como la MSC, para los procedentes de pesca extractiva, o ASC, para peces de cultivo. Además, las leyes en cada país garantizan el acceso a una serie de datos sobre los distintos productos pesqueros, tales como la especie, el caladero y el tipo de arte.
Tener en cuenta a todos los actores
La vicepresidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Ana Echenique, resaltó que el consumidor debe informarse de lo que está comprando y prestar atención al origen y al tipo de especie.
WWF destaca la importancia de realizar un seguimiento de las pesquerías, de las cuales menos del 50% están evaluadas en el mundo
“El consumidor es cómplice en todo el ciclo de vida que tiene un producto hasta que llega a nuestra mesa. Debemos empezar a preguntarnos qué ha ocurrido en todo este proceso, no solo en la calidad del pescado sino en los impactos medioambientales y sociales que ha tenido”, indicó Echenique.
No obstante, desde WWF también quieren promover normativas que apoyen la producción pesquera legal e implicar al resto de actores del sector, iniciando conversaciones con comercializadores, procesadores, distribuidores y minoristas para que busquen fuentes sostenibles y responsables en su gama de productos.
A esto se suma la necesidad de realizar un seguimiento de las pesquerías, de las cuales menos del 50% están evaluadas en el mundo. Se estima que la pesca ilegal, no declarada y no regulada, representa entre 11 y 26 millones de toneladas (es decir, entre el 12% y el 28% de la pesca mundial).
La importancia de España
La Unión Europea es el principal importador de pescado y mariscos del mundo, con un 23% de la producción mundial. En este escenario, España es el cuarto mayor importador y el noveno exportador del mundo. Por otra parte, es el tercer país con mayor consumo per cápita en la UE.
“España puede ser un referente de cambio para volver a tener un buen pescado en la mesa”, resalta Ana Echenique
En 2013, nuestro país importó casi 1,5 millones de toneladas de productos de la pesca y acuicultura. El 72% procedía de buques pesqueros de terceros países y el 38% de países en vías de desarrollo. De hecho, desde mayo España ha dejado de consumir pescado capturado en aguas españolas y ha empezado a depender del que se pesca en mares de otras regiones del planeta, incluidos países en desarrollo.
Según WWF, todos estos datos reflejan la gran dependencia de las importaciones que tiene nuestro país y su enorme influencia en la pesca internacional, factores de los que se derivaría también una responsabilidad con la salud de los océanos y las comunidades dependientes del mar.
“Tenemos más herramientas que otros países y podemos ser un motor y un referente de cambio para volver a tener un buen pescado en la mesa”, resaltó Ana Echenique, para quien España es importante para el cambio hacia una pesca responsable.
“Es muy importante que intentemos recuperar los saberes de una pesca que era sostenible y que ahora se ha descontrolado con el fenómeno de la globalización”, concluyó la vicepresidenta de la CECU.