Hasta la fecha se ha eliminado el uso del 97.5% del máximo nivel de consumo de estas sustancias; se han sustituido totalmente los clorofluorocarbonos (CFC), el tetracloruro de carbono, los halones y el bromuro de metilo.
¿Qué son?
Son sustancias químicas que tienen el potencial de reaccionar con las moléculas de ozono de la estratósfera, lo que genera una afectación a la capa de ozono.
Recordemos que la capa se expande alrededor del globo completo de la Tierra como una burbuja y actúa como filtro de la radiación ultravioleta nociva, la cual produce un impacto severo en la salud de la población y del medio ambiente.
Algunas son: clorofluorocarbonos (CFC), tetracloruro de carbono, halones, bromuro de metilo y hidroclorofluorocarbonos (HCFC).
Usos en años anteriores
Los clorofluorocarbonos (CFC) y hidroclorofluorocarbonos (HCFC) se utilizaron como refrigerantes en los circuitos de enfriamiento.
Los halones y los HCFC fueron usados ampliamente como extintores de incendio y en la mayoría de los casos se los reemplaza por espumas o dióxido de carbono.
El bromuro de metilo se usó como plaguicida para la fumigación del suelo con el propósito de proteger las cosechas y prevenir pestes.
El tetracloruro de carbono se empleó como materias primas en síntesis químicas.
Avances en su eliminación
Hasta la fecha se ha eliminado el uso del 97.5% del máximo nivel de consumo de estas sustancias; se han sustituido totalmente los clorofluorocarbonos (CFC), el tetracloruro de carbono, los halones y el bromuro de metilo.
Actualmente sólo los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) se siguen utilizando principalmente en aires acondicionados, por lo que se lleva a cabo el Plan Nacional para la Eliminación de HCFC. La meta para el 2022 es eliminar el 67.5% del consumo de estas sustancias y el avance al 2015 es de prácticamente el 40% de su eliminación.
Se ha impulsado la capacitación a técnicos en refrigeración y se trabaja de manera coordinada con el Servicio de Administración Tributaria, en particular con la Aduana.
La sustitución exitosa de las sustancias agotadoras de la capa de ozono, su recuperación y la prevención del ingreso de sustancias ilícitas en su conjunto no sólo nos han permitido cumplir a cabalidad con el Protocolo de Montreal, sino que hoy estamos destruyendo de manera ambientalmente responsable las sustancias acopiadas evitando futuros daños al planeta.