La FAO pide a los gobiernos medidas para aprovechar todo su potencial
La actividad forestal comunitaria ha demostrado ser una poderosa herramienta para promover la gestión sostenible de los bosques, reducir la pobreza y generar empleo e ingresos para las comunidades rurales. Sin embargo, aprovechar su verdadero potencial requerirá un mayor apoyo de los gobiernos a través de reformas de las políticas y otras medidas.
Muchos sistemas forestales de tipo comunitario presentan un gran porvenir como motores del desarrollo sostenible, pero operan todavía por debajo de su potencial, según advierte un nuevo informe de la FAO publicado hoy al inicio de la Semana Forestal de Asia y el Pacífico.
En este tipo de estrategias, las comunidades locales se asocian con los gobiernos para desempeñar un papel de liderazgo en la toma de decisiones sobre el uso de la tierra y la gestión de los recursos forestales de los que dependen para su subsistencia.
Según el estudio "Cuarenta años de actividad forestal comunitaria: Examen de su alcance y eficacia", se calcula que casi un tercio de la superficie forestal del mundo esta sometida hoy en día a alguna forma de gestión de tipo comunitario.
Pero en muchos casos, a pesar de que pueden existir políticas para la descentralización y la devolución de los derechos y responsabilidades a las comunidades, en la práctica, pueden no darse todavía las condiciones adecuadas para que éstas ejerzan plenamente sus derechos.
El informe describe una serie de actuaciones necesarias para hacer la actividad forestal comunitaria más eficaz, incluyendo proveer a las comunidades de tenencia forestal segura, la mejora de los marcos regulatorios, y la transferencia de conocimientos y tecnología apropiados y viables.
El acceso a los mercados y el conocimiento de sus mecanismos son también esenciales para que comunidades y pequeños propietarios puedan comercializar sus productos forestales, lo que puede contribuir significativamente a la reducción de la pobreza.
"Los pueblos indígenas, las comunidades locales y los agricultores familiares están dispuestos a conservar y restaurar los bosques, responder al cambio climático, preservar la biodiversidad y mantener los medios de vida a gran escala”, aseguró la Directora de la División de Economía, Políticas y Productos Forestales de la FAO, Eva Müller. "Lo que falta en la mayoría de los casos es la voluntad política para que esto ocurra. Los líderes y los responsables de las políticas deberían permitir que se aproveche el potencial de cientos de millones de personas para gestionar los bosques de los que el mundo entero depende para un futuro mejor y sostenible".
Compartir las mejores prácticas
El informe también cita una serie de ejemplos exitosos de actividad forestal comunitaria en todo el mundo.
Un estudio realizado en cuatro distritos montañosos del este de Nepal mostró que las colinas denudadas se habían regenerado y la condición de los bosques mejorado notablemente tras la introducción de la silvicultura comunitaria. Como resultado, el número total de árboles por hectárea aumentó en más de un 50 por ciento, mientras que el área total de bosques creció alrededor del 30 por ciento en un período de 15 años.
México tiene una larga historia de silvicultura comunitaria, con hasta el 80 por ciento de los bosques del país bajo la jurisdicción legal de comunidades. Muchas de ellas operan empresas forestales locales para comercializar la madera que producen. Las comunidades forestales mexicanas se benefician de una combinación de derechos de tenencia que incluyen derechos comerciales sólidos para recolectar y vender productos madereros.
En Camerún, la revisión de las leyes forestales en 1994 ha permitido a asociaciones y cooperativas comunitarias adquirir los derechos exclusivos para la gestión y uso de hasta 5 000 hectáreas de bosque por comunidad en virtud de un contrato de 25 años, lo que llevado a crear 147 nuevas áreas de manejo forestal comunitario, con una superficie total de 637 000 ha de bosque húmedo.
En Gambia, el 10 por ciento –equivalente a 45 000 ha- de la superficie forestal del país está ya administrado sea mediante el manejo forestal comunitario o mediante la administración conjunta del parque forestal. En los 25 años transcurridos desde la introducción de la silvicultura comunitaria, la superficie forestal se ha incrementado en más del 10 por ciento.
Un sector vital para Asia y el Pacífico
La Semana Forestal de Asia y el Pacífico (22-26 de febrero) -uno de los más grandes e importantes eventos forestales de la región- está coorganizada por la FAO y la Comisión Forestal para Asia y el Pacífico (APFC), en colaboración con el Departamento de Medio Ambiente y Recursos naturales de Filipinas (DENR).
El evento reúne a líderes forestales, responsables de las políticas y expertos de la industria de 30 países para discutir las cuestiones más urgentes para el sector forestal y su papel en la promoción del desarrollo sostenible en Asia y el Pacífico. Aquí se incluyen los nuevos Objetivos para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, los acuerdos comerciales regionales y la producción sostenible, con la intención de atender la creciente demanda de madera en la región, la financiación del clima, la mejora de la resiliencia frente a los desastres y otros temas.
"A través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tenemos una oportunidad y responsabilidad de ayudar a liberar todo el potencial de los bosques para apoyar el desarrollo sostenible, algo que ninguna otra generación ha tenido antes", señaló Muller al intervenir hoy en la ceremonia de apertura de la Semana Forestal.
"Al igual que los ODS –añadió-, el Acuerdo sobre el Cambio Climático de París concede también a los bosques una función crucial en la consecución de sus ambiciosos objetivos, y se espera que movilice recursos financieros que ayuden a convertir el compromiso político en acciones concretas en apoyo de los bosques y el manejo forestal sostenible".