Tierra para divisar rarezas
El archipiélago canario tiene una singular ubicación en el océano Atlántico: a un lado, separado por el ancho mar, América; al otro, casi pegado, África, y hacia el norte, muy próximo, el continente europeo, con la península Ibérica como puerta de entrada. En esta encrucijada, las Canarias son un punto de arribada de aves divagantes, muchas de ellas arrastradas por los grandes ciclones caribeños y los temporales de Norteamérica.
Pero también recibe especies desviadas de la ruta migratoria que bordea la costa de África occidental. Sin olvidar, aquellas procedentes del sur del Sahel que impulsadas por el viento sahariano llegan hasta las islas Afortunadas. Estas condiciones hacen de las Canarias un lugar singular para el avistamiento de aves poco comunes, también llamadas rarezas, y son un espacio preferente para los ornitólogos deseosos de encontrar en estas siete islas algún ave procedente de lugares muy lejanos al tiempo que observar las especies endémicas canarias.
El último Informe de Rarezas, publicado en la revista científica Ardeola, recoge las observaciones de aves raras en España en el periodo 2012-2013. Concretamente 636 registros nuevos sobre la presencia de 151 taxones de aves raras, con una aceptación del 86,6%.
De ellas, un total de 155 citas pertenecientes a 59 especies corresponden al archipiélago canario (el 24,3% de las citas) ya sea de forma exclusiva en estas islas en el caso de 13 citas de 10 especies, o compartidas con el resto del territorio nacional. Además, del total indicado, 24 especies y 53 citas se consideran rarezas únicamente en el ámbitos canario, mientras que las 35 especies restantes comparten su carácter de divagantes con el resto del territorio nacional. Estos datos certifican la importancia de este archipiélago en el contexto español para la observación de las rarezas.
Cormorán orejudo en El Hierro
El cormorán orejudo (Phalacrocorax auritus) fue avistado en el Hierro en octubre de 2012. Se trata de una especie neártica que nidifica en una amplia franja al norte de los Estados Unidos y sur de Canadá e inverna al este del subcontinente americano, principalmente alrededor del golfo de México.
El ave se pudo identificar con seguridad en el puerto de La Restinga, El Hierro, Santa Cruz de Tenerife, el 22 de octubre de 2012, aunque posiblemente estaba en la zona desde el día 19.
Pardela chica de Cabo Verde entre Tenerife y La Gomera
La pardela chica de Cabo Verde es una especie poco conocida de la que todavía queda mucho por descubrir en cuanto a identificación y distribución, lo que podría hacer variar su estatus en España en relativamente poco tiempo. Está muy emparentada con nuestra pardela chica Puffinus baroli baroli, por lo que su taxonomía sigue debatiéndose.
La pardela chica de Cabo Verde cría entre otoño y primavera en este archipiélago situado al sur de la Macaronesia. Su población se estima en varios miles y, a pesar de estar muy localizada, no ha sido evaluada por la UICN. Se trata de una especie de hábitos oceánicos a lo largo de todo el año, que pasa el invierno en aguas del noratlántico central.