Zona Especial de Conservación
Aunque sea con mucho tiempo de retraso, SEO/BirdLife celebra que las islas Chafarinas pasen de ser Lugar de Interés Comunitario (LIC) de la Red Natura 2000 a ser Zona Especial de Conservación (ZEC). Esto implica la aprobación de un instrumento de gestión que permitirá la aplicación de una serie de medidas mucho más apropiadas sobre los valores que permitieron su declaración. Situadas en el mar de Alborán, muy próximas a la costa marroquí, estas tres pequeñas islas albergan importantes valores naturales, entre ellos, importantes colonias de gaviota de Audouin y pardela cenicienta.
En este sentido, SEO/BirdLife ha enviado sugerencias al Organismo Autónomo Parques Nacionales para completar y mejorar el obligado plan de gestión que es manifiestamente mejorable. A su juicio, las directrices y regulaciones que se incluyen en el documento puesto a información pública, no tienen un patrón común y en muchas ocasiones están mal redactadas y con importantes errores y deficiencias.
Entre las cuestiones más destacadas que SEO/BirdLife ha querido resaltar en dichas sugerencias se incluye la ausencia de objetivos de conservación numéricos para todas las especies presentes en este espacio natural, cuestión que la legislación nacional deja claro. Estos objetivos de conservación son las metas que los gestores del espacio deben tratar de conseguir en los próximos años para alcanzar un estado de conservación favorable.
De la misma forma, el instrumento de gestión debe incorporar también medidas de gestión para todas las especies. La mayor o menor eficacia de estas medidas permitirán alcanzar los objetivos de conservación.
Asimismo, el plan debería haber analizado las amenazas específicas para cada una de las especies y hábitats objeto de gestión. En segundo lugar, se deberían haber identificado las posibles dificultades y conflictos que puedan ocasionar estas medidas. Una vez realizados estos dos análisis es cuando se deberían establecer las correspondientes medidas de gestión.
Por otro lado, cada medida debe contar con objetivos específicos (por ejemplo, superficie a conseguir de un tipo concreto de hábitat, número de territorios óptimos para mantener una especie, etc) y, en relación con estos objetivos, establecer indicadores cuantitativos para evaluar su desarrollo, prioridades de ejecución y definir las especies diana que se verán beneficiadas o perjudicadas.