Sierra del Rincón
Este año se va a concluir la primera prospección del conjunto de la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón para inventariar su flora vascular. Es la segunda parte de un trabajo iniciado e interrumpido en 2011 y que va a permitir tener un catálogo florístico en base a trabajo de campo, y no un simple listado de especies a partir de las citas bibliográficas como había hasta ahora (Cuevas et al. 2005). Esto se suma a la actualización del catálogo del hayedo de Montejo por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, único paraje de la reserva que ya contaba con un estudio previo de su flora vascular (Hernández Bermejo et al. 1983).
Por lo que a mi me toca, a pesar de que es una prospección preliminar (no se visitan todas las cuadrículas de 1km2, lo que debiera de ser 3 o más veces como sería necesario para elaborar un atlas de la flora), se han encontrado interesantes novedades para la flora de la Reserva e incluso para la Comunidad de Madrid. Algunos de los resultados de la fase de 2011 ya fueron publicados (Baonza 2012, 2014, Baonza et al. 2015 y en parte 2013). Concluida la fase de campo de 2016, y a falta de identificar todos los pliegos recolectados, se pueden destacar las novedades provinciales:
Trifolium aureum: La Hiruela, especie ya recolectada años antes por investigadores del Jardín Botánico de Madrid en el mismo municipio (Leopoldo Medina, comunicación personal).
Geranium bohemicum: también de la Hiruela, encontrado un único individuo no herborizado.
Verbascum lychnitis de Montejo de la Sierra.
Melica humilis de La Puebla de la Sierra; encontrada también fuera de la reserva en el municipio de Patones.
Gastridium phleoides: en La Puebla de la Sierra.
Otras especies de interés novedosas para la reserva son Sorbus latifolia, Ophioglossum azoricum, Anemone palmata, Salvia aethiopis, Pimpinella saxifraga, Centaurea toletana, Monotropa hypopitys, así como nuevas poblaciones de Allium scorzonerifolium, Streptopus amlexifolius, Klasea nudicaulis, etc.
Incluso en el mejor estudiado hayedo de Montejo se han encontrado interesantes novedades provinciales como Epipactis microphylla (Bárbara Herrero, comunicación personal).
Estos estudios revelan que el conocimiento sobre la flora de la Comunidad de Madrid dista de ser suficiente, aunque pasa por ser una de las provincias mejor estudiadas, principalmente por la multitud de referencias existentes. Temo que se ha confundido la cantidad con la calidad: muchos trabajos son antiguos, anteriores a la inconclusa Flora Iberica (1986-actualidad) que facilita la identificación y corrige errores de identificación/distribución aunque a escala de provincia; siguen siendo relevantes trabajos de los siglos XVIII y XIX por la falta de trabajos más modernos, y muchos trabajos son estudios cuyo objetivo no era conocer toda la flora de un sector, municipio, UTM 10×10 Km o paraje de la provincia, por lo que aunque aporten múltiples observaciones su interés para conocer toda la flora es más limitado.
Tendríamos un buen conocimiento si contáramos con catálogos más o menos exhaustivos de diversas (o casi todas) las partes de la provincia. En tal caso es obvio que la recopilación de todos ellos aportarían una visión completa de la flora provincial. Pero la realidad es que tal tipo de catálogos parciales se cuentan con los dedos de una mano. En el caso de la Sierra de Guadarrama, donde son extensibles estas consideraciones, y particularmente en la vertiente madrileña, sólo contamos con la tesis del Valle del Paular (Fernández González 1988, inédita), el municipio de Torrelodones (Gabriel y Galán 2004), el afloramiento calizo de Soto del Real-El Vellón (Gómez y Moreno 1997) y el muy antiguo de la zona del Escorial (Secall 1903).
En la parte castellano-leonesa, destacan los trabajos para ámbitos muy extensos y que desbordan la propia sierra (y ya se sabe que quien mucho abarca…) de las cuencas de los ríos Eresma, Pirón y Cega (García Adá 1995) y Duratón (Romero & Rico 1989), así como el catálogo de Valsaín (Martínez 2005, con enmiendas en Baonza 2014, ambos inéditos).
La explicación de esta carencia de estudios locales se debe a que los catálogos florísticos han perdido interés académico, por no proporcionar publicaciones importantes ("de impacto" internacional) a los investigadores, y las administraciones regionales y locales no les interesa/no saben conocer el patrimonio que gestionan, lo que es especialmente preocupante en Espacios Naturales Protegidos: ¡la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón puede ser uno de los primeros de Madrid y su entorno que tenga un catálogo actualizado!
Estos datos inciden además en lo absolutamente anticuado que está el catálogo regional de especies amenazadas madrileño (Decreto 18/1992) y que además podemos juzgar como inoperante: ni siquiera ha servido para conocer el estado de conservación de las especies ahí incluidas. Este catálogo se basa principalmente en la flora considerada rara por entonces, como ésta es la flora peor detectada, cambia sustancialmente con la mejora del conocimiento.
Indicador de ello es el que la flora conocida en aquella fecha para Madrid fuese de 2.141 especies (Ruíz de la Torre et al 1982), mientras la estima más reciente la eleva a 3.066 taxónes -incluidas 419 especies cultivadas no naturalizadas (Martín 2015), en gran parte por la detección de especies raras, además de algunas incorporaciones de flora exótica. Como apuntó Mario García París (2010) ¿como es posible conservar una especie amenazada si ni siquiera se sabe que existe?.
Agradecimientos: A los agentes forestales Ángel Quirós y Javier Herraiz por las facilidades para prospectar la reserva e incluso ayudar en la detección de alguna de las plantas de interés. A los gestores de la reserva del área de Educación Ambiental de la Comunidad de Madrid, por promover la financiación de este estudio a cargo de todos los madrileños.