Dos meses después de la clausura del festival de música «Rock in Río», celebrado en Arganda del Rey hasta el 6 de julio, aún se pueden apreciar las consecuencias ambientales de uno de los festivales más grandes de Europa y que, por tanto, albergó cantidades astronómicas de espectadores. Vertidos de agua sucia, basura y escombros se dispersan aún por los alrededores de la zona del festival, empeorado por el viento. Unos escombros que, según han manifestado los vecinos de la zona a este partido, no estaban allí antes del evento.
Esta zona está próxima a la autovía A3 y a la antigua N3, y está rodeada por multitud de caminos de acceso a explotaciones de áridos, cultivos vitivinicolas y olivares. Todos estos caminos son transitados por deportistas y paseantes, y es fácil ver ciclistas y gente haciendo footing, sobre todo los fines de semana. Hay cerca, también, algunos pinares viejos y, a no más de 2 km. , está el parque de la dehesa El Carrascal. Además, el mal estado de la zona ha sido una llamada para cierto público, que se dedica a practicar habilidades con coches los fines de semana, lo que hace que se depositen aún más desperdicios.
El portavoz de LOS VERDES DE MADRID, Rafa Polo Guardo, ha lamentado que «a Esperanza Aguirre y al Alcalde de Arganda les pareciese un orgullo el festival, tal como declararon en su inauguración, y en cambio no lo sea mantener la región limpia», pues a dos meses de la clausura del evento, «no puede haber ninguna excusa, para mantener los alrededores de Arganda en este estado lamentable». Según el portavoz, «como en todo, se debe ser responsable ante las consecuencias de las actividades que se programan».
LOS VERDES DE MADRID reclamamos a la Administración que limpie los alrededores de «Rock in Río», por responsabilidad y respeto tanto al medioambiente como a los vecinos. Además, exigimos que ello se haga bajo los criterios de recogida selectiva de la basura, para reciclarla.