Ecoturismo
Los recursos naturales de España tienen un enorme potencial turístico, pero el éxito del ecoturismo va a depender de las buenas prácticas de las empresas que explotan ese modelo y de que las "experiencias" que ofrecen en contacto con la naturaleza no interfieran en la salud y la conservación de los ecosistemas.
En pocos sectores resulta tan evidente la necesidad de que el crecimiento sea “sostenible” y de que el desarrollo socioeconómico y la conservación avancen en paralelo, según han expuesto a EFE varios expertos en esta materia, porque el ecoturista sólo muestra interés por visitar un espacio natural cuando está bien conservado. Administraciones y empresas buscan fórmulas que aseguren ese equilibrio, y entre ellas la de “certificar” el producto turístico que se oferta (avistamientos, rutas guiadas, etc) para garantizar que esa actividad se va a desarrollar minimizando los impactos sociales y medioambientales.
Las cifras revelan que España es el país con una mayor biodiversidad de Europa y el que más superficie aporta a la red Natura 2000, un conjunto de espacios protegidos para salvaguardar los hábitats y las especies más valiosos y en los que pueden existir numerosas oportunidades de desarrollo.
No todo vale en el ecoturismo
Ha subrayado la importancia de hacer una promoción diferente y diferenciada de esos destinos para alcanzar a los turistas “sensibles” hacia ese modelo y convencerles de que van a vivir y a disfrutar experiencias muy distintas y de que su gasto va a contribuir al desarrollo sostenible del lugar que visitan.
Para Juan Carlos Poveda, que trabaja como guía en Sierra Nevada, la naturaleza española es “impresionante” y reúne recursos que ya se han perdido en otros países europeos, pero ha observado que de ello se han dado cuenta antes los turistas y operadores extranjeros y en España los esfuerzos se han volcado durante décadas en el sol y la playa. Apuesta además por “racionalizar” el ecoturismo; “no vale todo”, ha señalado Juan Carlos Poveda, para quien resulta fundamental que las empresas trabajen en colaboración con los gestores de los espacios naturales y que los beneficios redunden en las poblaciones locales, para que éstas comprueben que esos espacios generan turismo, economía y trabajo y sean las primeras interesadas en conservarlos.
El presidente de la Asociación Empresarial Turebe (Ecoturismo Responsable en la Biosfera), Jesús María Pozuelo, ha destacado el enorme potencial natural de España pero también el esfuerzo que hay que realizar todavía para mostrarlo y para garantizar el equilibrio entre el desarrollo y la conservación.
Pozuelo ha señalado que en algunos casos es preciso fijar la “capacidad de carga” que tiene un espacio natural y que en cualquier caso los productos “ecoturísticos” como los avistamientos de fauna deben ejecutarse sin “intrusismos” y sin interferir en los ciclos naturales. Para ello es imprescindible, ha señalado, la colaboración público-privada y la coordinación entre todos los sectores que intervienen en la conservación de un espacio y en la promoción y comercialización de visitas o “experiencias” en esos lugares.
Así es como creen que debe crecer el ecoturismo en España para ser sostenible: de una forma muy estructurada y organizada; en la que intervengan todos los agentes implicados, desde la administración o los gestores del espacio hasta el tejido empresarial; y de una forma no sólo respetuosa con las poblaciones locales, sino que además sitúe a éstas en la primera fila del modelo.