Evolución del caballito de mar
El caballito de mar es un animal con múltiples peculiaridades morfológicas y biológicas. Entre ellas, tiene un hocico largo en forma de tubo con una boca pequeña y sin dientes, y son los machos los que llevan embriones en desarrollo en una bolsa hasta dar a luz a las crías.
Un grupo internacional de científicos ha secuenciado y analizado el genoma del caballito de mar Hippocampus comes. Según sus resultados, publicados en la revista Nature, la pérdida y duplicación de genes y de elementos de regulación en su genoma han contribuido a la rápida evolución del animal.
La secuenciación permite a los investigadores contestar preguntas sobre cómo surge su diversidad y qué base genética tiene, así como conocer más sobre las características únicas de su evolución.
Pérdida de dientes y aletas
Los caballitos de mar no necesitan dientes debido a su forma especial de comer. En lugar de masticar su presa, simplemente la absorben creando presión con su largo hocico. Los científicos han identificado la base genética de la desaparición de sus dientes, que también se aplica al sentido del olfato.
“Los caballitos de mar cazan visualmente y tienen una vista muy buena, sus ojos pueden moverse independientemente uno del otro. Por lo tanto, el sentido del olfato parece desempeñar solamente un papel secundario”, explica la Universidad de Konstanz, una de las instituciones que participa en el estudio.
Particularmente notable es también la pérdida de las aletas pélvicas. En términos evolutivos, comparten el mismo origen que las piernas humanas. El gen llamado tbx4 es el responsable de esta característica. Se encuentra en casi todos los vertebrados, pero no hay rastro de él en el genoma del caballo de mar. Para probar la función de este gen, se realizó un análisis funcional además del análisis del genoma y se demostró la importancia de este gen en el desarrollo ‘normal’ de las aletas pélvicas.