Consecuencias del cambio climático
La disponibilidad de los recursos energéticos y la sostenibilidad de su uso están ligados a las causas y consecuencias del cambio climático. El acceso a la energía, la escasez de agua y la seguridad alimentaria están íntimamente relacionados. La modificación del actual modelo energético para implantar uno basado en el ahorro, la eficiencia y las renovables, es esencial para afrontar este reto. Así ha quedado patente en el segundo Foro Cambio Climático y Pobreza, organizado por la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) con el título “El cambio climático como causa. ¿La pobreza energética consecuencia?” al que han asistido una quincena de expertos de muy distintos ámbitos con el objetivo de extraer propuestas concretas que ayuden a mitigar ambos problemas.
“Hay un hilo invisible causa-efecto entre cambio climático y pobreza energética” ha dicho José Ángel Rupérez, presidente de ECODES, durante el encuentro enmarcado dentro de la campaña “El cambio climático nos hace pobres. Es tiempo de actuar” con la que se quiere llamar la atención sobre la inequívoca vinculación entre el calentamiento del planeta y el empobrecimiento progresivo de sus habitantes, una cuestión que requiere la movilización de todos.
El debate, que ha tenido lugar en la sede madrileña de APPA y ha sido moderado por Cristina Monge, directora de Conversaciones de ECODES, ha contado también con la presencia de José Luis Batalla, vicepresidente de ECODES, quien ha destacado que en torno a esta problemática es necesario ver más allá, mirar al futuro.
Hablando precisamente de futuro, Fernando Ferrando, ha recalcado que recientemente la Fundación Renovables, de la que es vicepresidente, ha presentado un documento de propuestas de política energética en el que uno de los principales puntos es la erradicación de la pobreza energética. Como solución Ferrando ha dicho que “hay que subvertir el modelo energético, en el sentido de que se fije más en la demanda que en la oferta”. “La energía es una necesidad básica y hay una disfunción por parte de los sucesivos gobiernos en este tema”, ha apostillado en lo que se refiere a España.
Desde una perspectiva más internacional, la investigadora del Real Instituto Elcano Lara Lázaro ha indicado que indudablemente la pobreza energética es un problema derivado de los impactos del cambio climático en el sentido de que estos no son solo físicos sino también económicos, lo que supone más personas con mayor vulnerabilidad para hacer frente a sus efectos. A su juicio, es necesaria una mayor gobernanza climática y un cambio de discurso, que se hable más de cómo se genera y sobretodo cómo se emplea la energía.
La periodista Sara Acosta, editora de la revista especializada en medio ambiente “Ballena Blanca”, ha apuntado que la solución pasa por hacer visible la relación que existe entre cambio climático y economía. Un ámbito del que también ha hablado Cote Romero, directora de ECOOO, que ha insistido en que el calentamiento global, además de ser consecuencia de una forma de producir energía, es fruto de un sistema económico. Según ha explicado, las legislaciones ambientales están supeditadas al comercio internacional y “esto genera pobreza y desigualdad” y, por tanto, pobreza energética. Para solventarla, la directora de ECOOO ha propuesto, además de rediseñar las tarifas sociales, reducir la demanda de energía con dos medidas: una mayor cultura energética sobre cómo se ha de consumir y un incremento de medidas de ahorro y eficiencia.