Mañana se celebra en todo el planeta el Día internacional para la preservación de la capa de ozono. El tema elegido para la celebración de este año es: "El Protocolo de Montreal – Asociación Mundial para obtener Beneficios Mundiales".

Este día conmemora la firma en la misma fecha del año 1987 del Protocolo de Montreal que fue proclamado como tal por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994. La firma de este Protocolo es un ejemplo de cómo la colaboración entre la comunidad científica y los dirigentes políticos puede llegar a obtener resultados globales y revertir situaciones que conllevan un riesgo grave para la Humanidad.

El Protocolo de Montreal, tras el descubrimiento del agujero de ozono sobre la Antártida, reconoció la necesidad de una reducción drástica en la producción y uso de determinadas sustancias destructoras de ozono. Posteriores reuniones de seguimiento del Protocolo aceleraron la fase de prohibición y añadieron nuevas sustancias a la lista de compuestos prohibidos. Dicha prohibición ha tenido éxito consiguiéndose una reducción muy significativa en las emisiones.

Sin embargo, para que los efectos de esta reducción se hagan notar habrá que esperar debido a que la vida de estos compuestos es larga. Por lo tanto, a pesar de que se ha logrado reducir al mínimo la posible la emisión de estas sustancias, los efectos de emisiones pasadas persistirán durante décadas. Se espera que los niveles de ozono de 1980 se vuelvan a alcanzar entre 2060-2075 y que el agujero de ozono antártico se siga produciendo con niveles de intensidad similares a los de los últimos años durante los próximos 20 años.

Muchos factores interactúan para determinar la intensidad y extensión de los agujeros de ozono antártico de cada año. Además, la detección de la recuperación de la capa de ozono en los próximos años se complicará debido a la compleja interacción entre capa de ozono y cambio climático.

La situación actual de la capa de ozono

Como cada año, al aproximarse la primavera austral, comienza la destrucción de ozono sobre la Antártida. Durante el invierno austral se alcanzan en la estratosfera temperaturas muy bajas (por debajo de -78ºC). Estas temperaturas son necesarias para formar las llamadas nubes estratosféricas polares. En su superficie se producen las reacciones químicas que llevan a la destrucción del ozono estratosférico en presencia de luz solar y de las sustancias destructoras de ozono que actúan como catalizadores de las reacciones. Por ello, la destrucción de ozono comienza al principio de la primavera, conforme la luz solar empieza a incidir de nuevo en latitudes polares.

En cuanto al agujero de ozono del pasado año 2007 hay que decir que alcanzó su máxima extensión el 13 de septiembre con una superficie de 24,7 millones de km2, comenzando a disminuir a partir de entonces. Esto hace de 2007 un año medio en cuanto a la extensión del agujero de ozono, ocupando el 7º lugar en extensión máxima de los 29 años en los que se está siguiendo su evolución y rompió la tendencia de los últimos años en los que se alcanzaron valores de área cercanos a los máximos de la serie. Ello se atribuyó en buena medida a las condiciones meteorológicas reinantes: la mezcla con masas de aire más cálido hizo que el área en las que se llegó a alcanzar las temperaturas necesarias para la formación de nubes estratosféricas polares no fuera tan grande como años anteriores con lo que la pérdida de ozono fue menor.

En cuanto al agujero de ozono antártico de este año 2008, resulta todavía prematuro dar una previsión de cómo va a evolucionar.

La Vigilancia

La Agencia Estatal de Meteorología vigila la capa de ozono en tiempo real a través de la red de espectrofotómetros Brewer instalados en A Coruña, Madrid, Zaragoza, Murcia, Izaña (Tenerife), Santa Cruz de Tenerife y El Arenosillo (INTA, Huelva), y mediante la realización semanal de ozonosondeos en las estaciones de Madrid y Santa Cruz de Tenerife. Los datos obtenidos se envían diariamente a la Universidad de Tesalónica (Grecia) por encargo de la Organización Meteorológica Mundial, con el fin de confeccionar los mapas de espesor total de ozono en el hemisferio norte, y una vez evaluados, al Centro Mundial de Datos de Ozono y Radiación UV (Canadá).

El Centro de Investigación Atmosférica de Izaña de la Agencia Estatal de Meteorología, situado en la isla de Tenerife, es el centro de calibración de ozono de la red de espectrofotómetros Brewer de Europa, así como una estación de la red para la detección del cambio de la composición atmosférica. Justamente en estos días se está celebrando en Izaña la primera calibración absoluta conjunta que se celebra en la historia en la que participan los espectrofotómetros de referencia mundiales. El objetivo es entender y corregir las discrepancias observadas entre las dos redes de observación existentes, lo cual es crítico para poder verificar con exactitud la esperada recuperación de la capa de ozono. De este modo se contribuye también al seguimiento del cumplimiento del Protocolo de Montreal.

AEMET dispone además de una red de medida de radiación ultravioleta –en relación directa con el espesor de la capa de ozono- que consta de más de veinticinco radiómetros. Por otro lado, ha puesto en operación un nuevo sistema de predicción del índice ultravioleta con cielos despejados (UVI) para todos los municipios españoles. Este índice se calcula diariamente a partir de los valores de ozono previstos por el modelo numérico global de la atmósfera del Centro Europeo de Predicción a Plazo Medio. Tanto los datos de observación como de predicción están disponibles en su página web www.aemet.es Además, AEMET está actualmente trabajando en un nuevo modelo operativo de transporte químico que, acoplado a los modelos meteorológicos, permitirá disponer próximamente de predicciones de especies contaminantes, aerosoles y radiación ultravioleta.



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