La cifra de muertos tras el paso del huracán "Ike" ascendió a 30 en Texas, mientras que los funcionarios en Galveston advertían de una creciente amenaza a la salud en la isla, que resultó directamente afectada por el enorme ciclón.

Las grandes olas y fuertes vientos de "Ike" dañaron varias plataformas petroleras marinas en el Golfo de México, una señal de que se podría demorar la producción total de crudo y gas natural en la región. Algunas refinerías tenían daños, pero no tanto como se temía.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, revisó los daños desde el aire y prometió enviar ayuda federal urgente a los millones de personas que viven alrededor del centro energético de Houston, quienes llevan cuatro días sin electricidad o agua limpia. "Es una difícil situación en la costa", comentó Bush en un aeródromo antes de ver las áreas dañadas por la tormenta. El Gobierno federal pagará la remoción de los escombros y otros trabajos de recuperación, añadió.

La televisión local KTRK informó por otro lado de que funcionarios citaron 20 muertes en los condados de Galveston y Brazoria, por los que "Ike" pasó el sábado, en lugar de las cinco muertes confirmadas previamente en Galveston. En el condado de Harris, que incluye a la ciudad de Houston, el forense confirmó 10 muertes por causas relacionadas con la tormenta, incluyendo envenenamiento con monóxido de carbono por el uso de generadores eléctricos en el interior de los hogares.

Medios estadounidenses informaron de decenas de muertes, incluyendo muchas en Ohio, mientras "Ike" avanzaba hacia el interior. En otra parte de Galveston, funcionarios dijeron que habían entre 250 y 300 personas varadas en la aislada Península Bolívar, una franja de tierra en la que "Ike" destrozó hileras de hogares ubicados en la playa. No se confirmaron muertes en el lugar.

Meses antes del fin de su mandato, Bush está intentando reconstruir su imagen como administrador de desastres naturales tras las críticas que recibió por su reacción en Nueva Orleans después del paso del huracán Katrina en el 2005, que causó la muerte de alrededor de 1.500 personas en Estados Unidos.

Fue la tercera visita de Bush en dos semanas para inspeccionar la costa del Golfo, que ha sido arrasada por tormentas, luego de que canceló una aparición en la Convención Nacional Republicana para examinar el daño causado por el huracán "Gustav" a comienzos de este mes.

"Ike" causó pocos daños en las refinerías de petróleo de la costa del Golfo, pero unas cuantas sufrieron "un buen poco de daño", comentó un funcionario del departamento de Energía.

Las compañías se preparaban para reiniciar las operaciones en 14 refinerías de Texas y Luisiana que permanecían cerradas por la tormenta, explicó el departamento de Energía. Pero varias plataformas petroleras costa fuera sufrieron daños, lo cual indica que la recuperación total de la producción de petróleo y gas natural de la región puede demorar más tiempo.

CRISIS SANITARIA

En Galveston, funcionarios advirtieron de una posible crisis sanitaria debido a la falta de agua limpia y anunciaron una política para permitir a los residentes que "miren y se vayan" si quieren ver cómo quedaron sus casas. También pidieron a las aproximadamente 15.000 personas que se quedaron en sus hogares durante la tormenta que abandonaran el lugar.

"Tenemos una creciente preocupación médica y de salud", manifestó la alcaldesa de Galveston, Lyda Ann Thomas. "No vamos a entrar a la casa de alguien y arrastrarlos fuera de la isla. Pero necesitan considerar los riesgos que están tomando al quedarse aquí", agregó. Algunos residentes parecían decididos a quedarse.

"No tengo automóvil. No puedo salir de la isla", dijo Chris Rockaway, de 23 años, mientras limpiaba los escombros. "Resistí la peor parte. Puedo aguantar esto", añadió.



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