Aumenta la vida de las centrales nucleares gracias a Garoña
El aval del Consejo de Seguridad Nuclear -que previsiblemente se concederá en el pleno de este miércoles- es imprescindible para que Garoña pueda operar hasta 2031, como solicitaron sus propietarios. El informe que la dirección del CSN ha enviado al pleno -que controla el PP- es favorable. Tras el visto bueno del CSN, será el Ministerio de Energía el que concedería la licencia de reapertura. En la planificación energética del Gobierno para 2015-2020 se daba ya por hecho que la central se reengancharía a la red. Álvaro Nadal, ministro de Energía, ha sostenido este martes que el informe del CSN es "básico para cualquier decisión que tenga que tomar el Gobierno".
La mayoría del Congreso rechaza la apertura, según han señalado a EL PAÍS los representantes de PSOE, Podemos y Ciudadanos este martes. Los tres critican el proceso seguido en el CSN. La dirección del supervisor envió a los propietarios de la central -Endesa e Iberdrola- un escrito en marzo de 2015 en el que les indicaba que, para poder emitir su informe sobre la reapertura, era "necesario" que se realizaran previamente una serie de obras, como un nuevo sistema de tratamiento de gases de reserva o cambios en el sistema eléctrico. Pese a que no se han ejecutado -como se reconoce en el informe final del CSN- el dictamen es favorable. Eso sí, se establece que, antes de que la central se reenganche, estas y otras actuaciones se deben acometer.
"Se está buscando sentar un precedente para el resto de centrales", sostiene Melisa Rodríguez, de Ciudadanos, que critica que se conceda el aval a pesar de no haberse acometido las obras. Lo mismo reprocha Pilar Lucio, del PSOE: "Se está facilitando la labor para todas las centrales".
Juantxo López de Uralde -portavoz de Equo, formación integrada en el grupo parlamentario de Unidos Podemos- destaca "el incumplimiento de las condiciones" y resalta lo extraño de este caso. En 2011, Garoña ya recibió el aval del CSN para poder operar diez años más -con lo que se superaba esa frontera de los 40 años que el PSOE rechaza ahora para todo el parque nuclear-. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sin embargo, solo le concedió cuatro años más. Y en 2012, antes de que se cumplieran, los propietarios desengancharon la central de la red. Luego, dos años después, solicitaron al Gobierno el permiso para reabrir y para funcionar hasta 2031.
Esto último es lo que ha estado estudiando ahora el CSN. "La legalidad se ha ido acomodando a los intereses de la industria nuclear, y no al revés", se queja López de Uralde.