El CO2 atmosférico se convertirá este año en el segundo registro más alto de la última década
Así lo afirmó el viernes pasado la Oficina Meteorológica del Reino Unido (Met Office), cuyo Centro Hadley y el Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han realizado un pronóstico de los niveles de concentración atmosférica de CO2 para 2017 basado en datos de la estación más antigua de vigilancia de los gases de efecto invernadero, situada en Mauna Loa (Hawái) y que comenzó sus observaciones en 1958.
Richard Betts, responsable del pronóstico de CO2 en Mett Office, indicó que "el aumento del dióxido de carbono atmosférico del año pasado fue el más grande observado en el registro de 50 años de Mauna Loa" y añadió que la predicción de 2016 fue acertada porque fue el primer año en el que la concentración atmosférica de CO2 no bajó de 400 partes por millón (ppm). "Para 2017 estamos pronosticando un aumento de alrededor de 2,5 ppm, más pequeño que el de 3,4 ppm entre 2015 y 2016, pero es todavía una cifra superior a la media de la última década", apostilló.
Las concentraciones de dióxido de carbono están aumentando cada año debido a las emisiones de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la producción de cemento. La vegetación global y los océanos absorben parte del exceso del CO2, por lo que el incremento observado en la atmósfera es sólo aproximadamente la mitad de la tasa de emisiones.
El mayor aumento del CO2 atmosférico entre 2015 y 2016 se debió al fenómeno de "El Niño", que cambió los patrones climáticos e hizo que las regiones tropicales fueran más cálidas y secas. Entonces, los ecosistemas absorbieron temporalmente menos dióxido de carbono, permitiendo que permanecieran más en la atmósfera.
"Las emisiones globales de CO2 han aumentado, por lo que la acumulación en la atmósfera es más rápida que hace 10 años. Antes del reciente fenómeno de El Niño, las concentraciones aumentaron constantemente durante algunos años en lugar de acelerarse, posiblemente debido a que las temperaturas promedio de la superficie global aumentaban más lentamente en ese momento", explicó Betts.
Este meteorólogo comentó que los sumideros naturales de carbono se fortalecieron temporalmente y se debilitaron cuando llegó El Niño. "Estas retroalimentaciones entre el clima y el ciclo del carbono pueden ser cruciales para futuras concentraciones de dióxido de carbono y pueden afectar fuertemente la factibilidad de limitar el calentamiento global a muy por debajo de los 2°C como requiere el Acuerdo de París", concluyó.