La Califorctenus cacachilensis o araña errante de la Sierra de las Cacachilas es casi del tamaño de una tarántula, se refugian en cuevas, largas patas cafés y peludas se desprenden de su abdomen amarillo y cuando sus cuatro pares de ojos clavan su mirada ante una amenaza, sus enormes colmillos dejan claro que no será una adversaria fácil de derrotar.
«Cuando vi la araña por primera vez, me impresionó su tamaño», ha señalado la investigadora María Luisa Jiménez, en una entrada del blog del Museo en la que se anuncia el descubrimiento. Nunca había visto otra igual. «Sospechaba que algo nuevo esperaba a ser descrito«, ha agregado la especialista del Centro de Investigaciones Biológicas del Noreste.
Araña
El arácnido fue captado por primera vez en 2013 en las Cacachilas, una zona montañosa a las afueras de La Paz, la capital del Estado.
Al compararlos con otras especies hermanadas, los investigadores intuyeron que eran animales nocturnos y sabían que tenían que regresar. Se encontraron dos docenas de arañas, con su impresionante exoesqueleto, en una cueva, una mina abandonada y los restos una letrina de la zona.
Los científicos recolectaron ocho especímenes para su investigación y esperaron cuatro años para confirmar el hallazgo. Tras la revisión de pares, se ratificó que no solo se trata de una nueva especie, sino de un género por sí mismo. Es diferente de las demás. El descubrimiento se ha difundido en la edición de marzo de la revista especializada Zootaxa.
Su mordida es venenosa, pero los investigadores han descartado que sea letal para los humanos. «Me mordió una mientras trataba con una de ellas y sigo vivo», ha afirmado Jim Berrian, uno de los coordinadores de la investigación.
Berrian ha aclarado que no se ha estudiado a profundidad la toxicidad del veneno, pero todo indica que no es tan peligrosa como su prima amazónica, la araña errante de Brasil.
Es común que se encuentren nuevas especies de arañas, se descubren muchas cada año. Pero la mayoría son pequeñas o no tienen atributos tan impresionantes. Lo que realmente ha entusiasmado a los investigadores es el tamaño de la Califorctenus cacachilensis, algo que no se ve todos los días.
Fuente: EL PAÍS,