España estuvo muy por debajo en potencia fotovoltaica respecto a Reino Unido en 2016
El desarrollo de la energía solar fotovoltaica sigue bloqueado en España. Un solo dato resulta revelador. La potencia fotovoltaica instalada por el Reino Unido el año pasado fue 37 veces superior a la de España, que ve cómo cada año pierde posiciones en este ranking. España llegó a ser el segundo país con mayor potencia solar fotovoltaica instalada en el 2008 y aún ocupaba la tercera posición en el 2012. Pero ha ido bajando escalones y el año pasado estaba ya en el undécimo lugar en el ranking de la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés), compuesto por 175 países.
En el Reino Unido se instalaron el año pasado 2.063 MW fotovoltaicos, mientras que en España sólo 55 MW. El resultado es paradójico. Países europeos con mucha menos radiación solar, como Alemania, Reino Unido o Francia, superan a España en este modo de producir electricidad. Así lo corroboran los datos de IRENA. En su listado aparecen en cabeza China, que aumentó su potencia un 80%; Japón, que registró una subida del 25%, y Alemania. Estados Unidos (4ª posición) aumentó su potencia un 52%, e India (7ª), un 83%.
Años estancada
La paralización de esta actividad en España se debe al cambio de la normativa impuesto por el gobierno del PP, que eliminó las ayudas (retribución en la tarifa de la luz) a las nuevas instalaciones solares, y no ha creado un nuevo marco legal sólido para que el sector pueda verse relanzado. El Gobierno aprobó un decreto de autoconsumo, para relanzar el sector, pero sus efectos beneficiosos han sido casi nulos.
“Seguimos en una atonía total, sólo son destacables los aumentos de instalaciones para usos agrarios y agroindustriales, que suponen más del 30% del total”, explica José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que reúne a las empresas (fabricantes, instaladores…). El denominado impuesto al sol, que se aplica a la producción solar de más de 10 kw y las trabas administrativas, han sido la losa que explica tan pobres resultados.
Esta reglamentación tampoco ha servido para relanzar la electricidad verde en el ámbito doméstico, puesto que el Gobierno no permite vender al sistema eléctrico la energía excedentaria, algo clave para amortizar antes la inversión de la instalación, ya que la radiación solar se da sobre todo al mediodía (cuando apenas se aprovecha el sol, pues es cuando las familias están fuera de casa).
En estas condiciones, pues, la inversión sólo es rentable con un balance neto, es decir con la posibilidad de compensar en el recibo de la luz la diferencia entre la luz que vende a la red y la que coge de ella cuando no hace sol. Pero el gobierno ha prohibido el balance neto, y la energía excedentaria se debe regalar a la red. En paralelo, el “hachazo” a las renovables se ha completado reduciendo la retribución a las huertas solares y demás instalaciones ya en funcionamiento.