Reducir las emisiones de los contaminantes climáticos de corta duración es fundamental
Un compromiso por reducir las emisiones globales de contaminantes climáticos de corta duración (SLCPs, por sus siglas en inglés), como el metano y el carbono negro, podría reducir el calentamiento global, al tiempo que aumentar la salud pública y los rendimientos agrícolas, alineando el Acuerdo Climático de París con los objetivos mundiales de desarrollo sostenible, según concluye un nuevo análisis de un panel de investigación internacional.
El metano y carbono negro u hollín son el segundo y el tercer agente más poderosos de calentamiento del clima -después del dióxido de carbono, de larga duración- y contribuyen a la contaminación del aire, que perjudica la salud de miles de millones de personas en todo el mundo y reduce los rendimientos agrícolas.
"A diferencia de los gases de efecto invernadero de larga vida como el dióxido de carbono, los SLCP responden muy rápidamente a la mitigación. Es muy probable que podamos reducir las emisiones de metano en un 25% y el carbono negro en un 75% y eliminar los hidrofluorocarburos de alto calentamiento en los próximos 25 años usando las tecnologías existentes si adoptamos un compromiso real para conseguirlo", afirma Drew T. Shindell, el profesor de Ciencias del Clima en la Escuela de Medio Ambiente de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte (Estados Unidos).
Según los investigadores, actuar ahora para reducir estas emisiones contribuiría a los objetivos a largo plazo establecidos en el Acuerdo Climático de París de 2015, mientras que simultáneamente ofrecería a los gobiernos beneficios sustanciales a corto plazo para invertir en el desarrollo sostenible, un conjunto de metas hasta 2030 que acordaron los países en 2015.