Las encinas sustituyen a los pinos como consecuencia del cambio climático
El estudio, que constata que este cambio se está produciendo mucho más rápido de lo esperado, sostiene que los bosques del norte y de las montañas medias de la Península Ibérica son los más perjudicados por esta sustitución, ya que podrían no resistir las sequías previstas para un futuro.
Según ha explicado el investigador del CREAF Jordi Vayreda, los árboles de hoja ancha de la Península Ibérica -encinas, hayas y robles principalmente- se han mantenido normalmente en segundo término bajo las copas de diferentes especies de pinos.
Pese a esto, las sequías repetidas y el aumento del número de incendios, consecuencias del cambio climático, han hecho que las frondosas cogieran protagonismo frente a los pinares, porque se adaptan mejor a estas perturbaciones.
El estudio, que publica la revista Global Change Biology, advierte que el abandono de la gestión forestal también decanta la balanza hacia las frondosas, especialmente los encinares, que están colonizando los bosques mediterráneos más rápido de lo previsto. La investigación se ha llevado a cabo con los datos de unas 33.000 parcelas de los Inventarios Forestales Nacionales (IFNs).
"La encina es una especie típicamente mediterránea que ya hace años que podría haber ocupado grandes extensiones de la península, pero con la gestión forestal y por razones económicas han favorecido los pinos en detrimento de ellas, porque la madera se pagaba mejor", ha dicho Vayreda.
Según el ecólogo, queda por demostrar si estos cambios en la gestión podrían derivar en un problema para la estabilidad de los bosques, sobre todo en el norte de España, donde predominan especies típicas del centro de Europa y, por tanto, menos adaptadas al clima mediterráneo, como es el caso de los pinares de pino silvestre.