Los árboles no mitigan el cambio climático
Corren tiempos difíciles en la lucha contra el cambio climático, y, para colmo, un nuevo estudio relativiza una de las iniciativas más bien intencionadas: la plantación de árboles. La idea es que estos absorban el exceso de CO2 emitido por el uso de combustibles fósiles, pero un grupo de investigadores del Potsdam Institute for Climate Impact Research, en Alemania, sugiere que no sirve de demasiado en el escenario actual de emisiones. Es más, dicen, si se plantaran todos los árboles y otras plantas necesarios para compensar el excedente de dióxido de carbono en la atmósfera desaparecerían la mayoría de ecosistemas naturales y las zonas de cultivo del planeta.
Así lo explica Lena Boysen, autora principal del trabajo, publicado en la revista Earth’s Future: “Aunque seamos capaces de usar plantas productivas como álamos o ciertas hierbas y almacenar el 50% del carbono contenido en su biomasa, el daño medioambiental que causarían sería enorme”. Sus cálculos estiman que, incluso de cumplirse los objetivos del Acuerdo de París de aquí a mitad del siglo XXI, esas plantaciones de biomasa acabarían con un tercio de los bosques y una cuarta parte de las tierras agrícolas actuales, según sus modelos computacionales.
Haría falta, indican los expertos, una política más agresiva de contención de emisiones e implementación de tecnologías de captura de CO2 para que en el año 2100 la temperatura global no ascienda más de 2 grados centígrados y los ecosistemas naturales no sean desplazados por los cultivos que almacenan eficazmente el dióxido de carbono.
El mensaje es claro: las plantaciones de biomasa son una solo una medida complementaria a otras políticas -urgentes y ambiciosas- de reducción y captura de emisiones de gases con efecto invernadero.