¿Los residuos electrónicos suponen una ventaja para los seres humanos?
Cada año, la industria tecnológica genera hasta 41 millones de toneladas de residuos electrónicos, advierten desde el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La cifra podría llegar a 50 millones este año debido al creciente número de consumidores y a la disminución de la vida útil de los dispositivos por una demanda de actualización periódica, subrayan en una nota.
Máquinas de café, neveras, cables eléctricos, ordenadores, televisores y viejas radios analógicas se están acumulando en vertederos de todo el mundo. Los desechos electrónicos suelen contener componentes peligrosos que representan riesgos para la salud humana y el medio ambiente, y causan mayores daños en los países en desarrollo, insisten desde el PNUMA.
"Los productos electrónicos están aumentando exponencialmente en número, variedad y complejidad, y todos ellos utilizan elementos tan valiosos como peligrosos", comenta Keith Alverson, director del Centro Internacional de Tecnología Ambiental del PNUMA, que estudia mejores métodos para incrementar el reciclaje y la gestión de residuos.
"El desafío de reutilizar, reciclar y eliminar adecuadamente los desechos electrónicos ya es enorme y continuará creciendo, ya sea en hogares, en el sector privado o en países de todo el mundo. Tenemos que pensar detenidamente e implementar soluciones para los desechos electrónicos, ya que permaneceremos beneficiándonos cada vez más de los bienes y servicios que nos provee la tecnología", continúa Alverson.
Una empresa criminal
De acuerdo con una investigación del PNUMA, entre 60 y 90% de los desechos electrónicos se comercializan o descargan ilegalmente, a menudo con la participación de bandas criminales trasnacionales.
"Es ilegal exportar desechos electrónicos, pero las redes extensas de contrabando clasifican los desechos como artículos de segunda mano y los arrojan en lugares como Ghana, India, Pakistán y Brasil", explica Christian Nellemann, jefe de la Unidad de Respuesta Rápida del Centro Noruego de Análisis Globales, y autor de un reciente informe del PNUMA sobre residuos electrónicos.
Los convenios de Basilea, Estocolmo y Rotterdam regulan el movimiento y la eliminación de los desechos, pero los delincuentes y los comerciantes astutos encuentran maneras para evadir las normas, matizan desde la organización de las Naciones Unidas.
Sus métodos incluyen declarar las baterías desechadas como plástico y tubos de rayos catódicos y monitores de computadora como chatarra de metal. Las técnicas de contrabando de pequeña y gran escala se pueden ver en todo el mundo, desde el transporte organizado de camiones en toda Europa y América del Norte hasta el uso de los principales centros de contrabando al sur de Asia, incluido el traslado marítimo de contenedores. El control insuficiente a la eliminación de desechos es otra escapatoria que aprovechan los delincuentes, quienes cobran los pagos por la eliminación segura de los desechos y luego descargan o reciclan de manera irregular.