Economía circular y sus tipos de negocio
1 – Suministros circulares
El modelo de negocio de suministros circulares se basa en el suministro de recursos totalmente renovables, reciclables o biodegradables para sistemas circulares de producción y consumo. Las empresas pueden utilizar este modelo para sustituir recursos lineales cada vez más escasos, al tiempo que reducen los residuos y eliminan ineficiencias. Está especialmente indicado para empresas que emplean materias primas escasas o tienen una gran huella medioambiental.
2 – Recuperación de los recursos
La recuperación del valor restante al final del ciclo de vida de un producto para utilizarlo en el siguiente ciclo favorece las cadenas de retorno y permite transformar los residuos en valor a través de innovadores servicios de reciclaje y valorización. Basado en los mercados de reciclaje tradicionales, este modelo de negocio emplea nuevas tecnologías y capacidades para recuperar casi cualquier tipo de recurso a un nivel de valor equivalente a la inversión inicial o incluso por encima.
Este modelo, con el que una empresa puede eliminar pérdidas de material y maximizar el valor económico de los flujos de retorno de productos, es ideal para empresas que producen grandes volúmenes de residuos o que pueden recuperar y reprocesar residuos de manera rentable.
3 – Prolongación de la vida útil del producto
Este modelo de negocio permite a las empresas ampliar el ciclo de vida de sus productos y activos. Por medio de la reparación, actualización, remanufactura o recomercialización de productos, es posible mantener o incluso aumentar un valor que, de otro modo, se perdería al desechar los materiales. Al prolongar el uso de los productos se generan también ingresos adicionales. Una empresa puede usar este modelo para que sus productos sigan teniendo valor económico durante tanto tiempo como sea posible.
Este modelo es apropiado para la mayor parte de los segmentos B2B que requieren grandes inversiones (como el de equipamiento industrial), así como para empresas B2C que dan servicio a mercados donde abundan los productos usados (o recomercializados) o donde las nuevas versiones de un producto solo ofrecen a los clientes mejoras parciales de rendimiento con respecto a la versión anterior.
4 – Uso compartido de plataformas
El modelo de negocio de uso compartido de plataformas fomenta la colaboración entre los usuarios de productos, ya sean individuos u organizaciones. De esta forma es posible compensar el exceso de capacidad o la falta de uso, aumentando la productividad y el valor que se aporta a los usuarios. Este modelo, que ayuda a maximizar los niveles de uso, podría ser beneficioso para empresas cuyos productos y activos tienen un bajo nivel de uso o propiedad. No obstante, en la actualidad es más frecuente encontrar este modelo en empresas especializadas en aumentar el nivel de uso de los productos sin que dicha empresa realice ninguna labor de producción, lo que supone una presión considerable para los productores tradicionales.
5 – Producto como servicio
El modelo de negocio de producto como servicio ofrece una alternativa al modelo tradicional de comprar y poseer. En este caso, uno o más clientes utilizan los productos según un contrato de alquiler o de pago por uso. Este modelo de negocio transforma por completo los incentivos para hacer productos más duraderos y fáciles de actualizar, haciendo hincapié en las prestaciones en lugar del volumen.
En un modelo de negocio de producto como servicio, la longevidad, la capacidad de reutilización y el uso compartido de un producto ya no se ven como riesgos de canibalización, sino como aspectos que pueden aumentar los ingresos y reducir los costes. Este modelo puede ser atractivo para empresas cuyos productos tengan un coste de explotación elevado y pueda tener un valor adicional para sus clientes gestionar el mantenimiento del producto (lo que le da ventaja a la hora de vender servicios y recuperar el valor residual al final de la vida útil).