El huracán Ophelia es el más fuerte que ha visto Europa en toda su historia
Hablar de huracanes en Europa resulta poco común. Hasta que llegó Ophelia, el primer huracán de categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson en el Atlántico Oriental desde que hay registros. El ahora reducido a ciclón tropical ha dejado al menos tres muertos en su paso por Irlanda y más de 360.000 hogares y comercios sin luz. Ophelia ha alcanzado vientos máximos sostenidos de 140 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés). Hasta ahora ningún huracán de esta categoría había azotado aguas europeas; solo se han registrado ciclones tropicales débiles. El paso de Ophelia ha coincidido con los incendios de Portugal, Galicia y Asturias avivando con sus fuertes rachas de viento las llamas y aumentando la destrucción.
Ophelia, hasta ahora el huracán más potente que ha pasado por Europa, es también el décimo huracán registrado en el Atlántico en esta temporada, un hecho sin precedentes según Rubén del Campo, portavoz adjunto de la Agencia Estatal de Meteorología de España (Aemet). «Este año está siendo una temporada de huracanes muy activa. Llevamos 10, cuando lo normal sería entre seis y siete», señala. Del Campo añade que solo en esta temporada se han registrado seis grandes huracanes, con vientos de entre 178 y 208 kilómetros por hora, cuando lo habitual son dos.
Irlanda está en alerta roja, pese a que Ophelia se ha debilitado ligeramente tras su paso cerca del archipiélago portugués de las Azores. Desde el domingo es considerada una tormenta tropical que avanza a 56 kilómetros por hora, siguiendo una trayectoria hacia el noreste. El fenómeno podría provocar inundaciones, según el portavoz de la Aemet, y acumulaciones de hasta 40 litros de agua por metro cuadrado en 24 horas en Irlanda y Escocia. El NHC espera que se produzca una marea peligrosa en las costas de ambos países, así como grandes y destructivas olas. El ciclón postropical desaparecerá presumiblemente, al este de Noruega la noche de este martes.
El portavoz de la Aemet cree difícil mantener que este huracán sea producto del cambio climático. No obstante, reconoce que el aumento de la temperatura del mar favorece la aparición de fenómenos de este tipo. En el Atlántico, hay zonas como el entorno de las Azores en las que la temperatura del agua se sitúa entre dos y tres grados por encima de lo normal. Sumado a la temperatura más cálida de lo normal del agua, en las capas medias y altas de la atmósfera el hecho de que la velocidad y la dirección del viento no cambien favorece la aparición de huracanes. Aunque no se sabe si el cambio climático provocará más, está claro que serán más potentes.
Ophelia y los incendios de Galicia
Los vientos provenientes del sur que propiciaron el huracán son los mismos que han contribuido a extender los incendios de Galicia y Asturias, que han dejado cuatro muertos. Vientos de más de 30 kilómetros por hora, una humedad en la atmósfera por debajo del 30% y temperaturas superiores a 30 grados, la fórmula conocida por los meteorólogos como la regla de los 30, suponen el caldo de cultivo para los incendios forestales, según el meteorólogo de la Aemet Daniel Santos.
España ha sido testigo del paso de otros ciclones tropicales. En 1967, se formó la tormenta tropical Chloé también cerca de las costas de Cabo Verde, que alcanzó vientos de 138 kilómetros por hora y llegó a las costas cantábricas. En 1984, Monte Ventoso (Ferrol, Galicia) fue azotado por los vientos de hasta 158 por hora del ciclón tropical Hortensia. En 2005, un año excepcional que registró 15 huracanes, siete de ellos mayores, Vince y Delta alcanzaron las aguas nacionales. El primero tocó el golfo de Cádiz y el otro se formó al suroeste de las Canarias y alcanzó vientos máximos sostenidos de 100 kilómetros por hora. En 2009, el ciclón Klaus azotó las costas gallegas, con vientos de hasta 198 kilómetros por hora.