Las especies invasoras se sienten atraídas por las islas y la humedad
Por el contrario, en el Parque de Ordesa y Monte Perdido (Aragón) y en el de la Sierra de Guadarrama (Madrid) apenas se encuentran aquejados por las invasoras, ha explicado en una entrevista con EFE, Belinda Gallardo, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Estas investigaciones forman parte de los datos preliminares del proyecto BIOCAMBIO desarrollado por el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) y el Grupo Especialista en Invasiones Biológicas (GEIB), para determinar, si en la Red de Parques Nacionales, representación de las mejores muestras del patrimonio natural, viven estas especies exóticas invasoras.
La investigadora ha explicado que los Parques más vulnerables son generalmente los insulares y los de hábitat acuático debido, entre otros factores, a que el agua es el medio donde las exóticas son más difíciles de detectar y, por tanto, de gestionar. Los Parques Nacionales -ha detallado Gallardo- se enfrentan, al mismo tiempo, a otras amenazas (aumento del nivel del mar en los parques insulares, sequías recurrentes en las Tablas de Daimiel, incendios como el de Doñana de este año, pozos ilegales y contaminación entre otros), lo que complica, aún más, su conservación.
Del conjunto de todas las especies exóticas localizadas en los Parques, el 72 por ciento son plantas y las más extendidas son la caña (Arundo donax), la opuntia (Opuntia spp) y el ágave (Agave americana), todas ellas presentes en siete Parques diferentes. Por el contrario, el animal mamífero más presente es la rata (Rattus rattus) distribuida en seis Parques.
Un total de 65 están incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (EEI), lo que ahonda en la idea de que su "efecto negativo sobre los ecosistemas está demostrado", ha añadido Gallardo. Algunas de estas invasoras afectan directamente a especies nativas en peligro crítico de conservación, como es el caso del visón americano (Neovison vison), expandido por un numerosos Parques y que afecta directamente a siete especies protegidas: visón europeo, cangrejo de río, rata de agua, negrón común, porrón común, desmán de los pirineos y zampullín cuellirojo.
Otros ejemplos de invasoras que generan múltiples daños a especies protegidas son el muflón (Ovis musimon) y el arruí (Ammotragus lervia), ambos de la familia de los bóvidos, que perjudican a siete y seis especies protegidas respectivamente.
Entre las especies vegetales, la Ageratina adenophora, una planta con flor de origen mexicano introducida años atrás en las Islas Canarias, perjudica, junto al arruí, a la conservación del cabezón de las nieves (Cheirolophus santos-abreui), una especie en peligro crítico de conservación que crece en las paredes inaccesibles de los barrancos del este de la isla canaria de La Palma.