Las grandes ciudades reclaman su protagonismo en la lucha contra el cambio climático
En Bonn, sin embargo, se han abordado fundamentalmente los aspectos técnicos orientados al cumplimiento efectivo de los Acuerdos de París (COP21). Y se ha logrado la aprobación de un nuevo documento, suscrito por 200 países, en el que se concretan las reglas de implementación y se fijan ciertas fechas.
Algunos de sus ejes principales son: mitigar los hábitos de consumo energético insostenible dentro de un contexto de recuperación económica, la adaptación a los efectos del cambio climático que ya se están produciendo, situar a las personas más vulnerables en el centro de las políticas climáticas y la cocreación con la ciudadanía de proyectos medioambientales.
Sus dos principales capítulos, de un total de 6, sin embargo, no están cerrados. Y son los que abordan los mecanismos de revisión de los compromisos nacionales de reducción de emisiones del Acuerdo de París, y la financiación que los países ricos van a destinar a los en desarrollo en mitigación y adaptación al calentamiento. Un debate marcado por el anuncio de la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París que, si bien se materializará en 2020, ha generado un gran descontento.
Por su parte, los representantes de los gobiernos locales y las grandes ciudades, reunidos en la COP23 en la Cumbre de las Ciudades y las Regiones, han reclamado la necesidad de que los gobiernos nacionales doten de más herramientas a las regiones para luchar de forma más efectiva contra el cambio climático. Y es que, las urbes tienen cada vez mayor representatividad en un planeta donde se calcula que el 70% de la población en 2050 será urbana.
De hecho, más de la mitad de la población mundial reside en ciudades (a inicios del siglo XIX la población urbana apenas representaba el 3% del total). Y se estima que el constante crecimiento demográfico cifrará en 9.000 millones de personas población mundial en 2050, de manera que los núcleos urbanos, que tampoco habrán detenido su crecimiento, llegarán a acoger al 60% de la población mundial en 2030 y a una media del 70% en 2050.
Cada vez somos más habitantes, y más urbanos, y las ciudades cada vez más grandes y difusas. Existen ya 502 aglomeraciones urbanas que superan el millón de habitantes, 74 que superan los cinco millones, 29 megaciudades por encima de los 10 millones, 12 que superan los 20 millones y 1 ciudad con más de 30 millones de habitantes.
Y con este crecimiento demográfico incesante se calcula que 20 ciudades tendrán más de 15 millones de habitantes en 2030. De ellas, cuatro estarán en China. Y de los usos asociados a todo el entramado urbano procede más del 70% de las emisiones de CO2 (15.000 millones de toneladas en 1990, 25.000 millones en 2010, y en 2030 se prevén 36.500 millones).
Los desafíos que plantea esta expansión urbanizadora para la calidad de vida humana y la sostenibilidad medioambiental son hoy día incuestionables. El aumento demográfico en las ciudades, y el cambio en sus patrones de producción y consumo, chocan con los límites de unos recursos naturales finitos. Y, de no introducir cambios, en 2030 será necesario el equivalente a dos planetas Tierra (huella ecológica mundial).