Hornasol, una asociación ecologista de Hornachuelos (Córdoba), localidad en cuyo término municipal se ubica el almacenamiento de residuos radiactivos de baja y media actividad de El Cabril, entiende que dicha instalación no es segura y pide que no entren más residuos en la misma, aunque un informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) niega el peligro.
A través de un comunicado, Hornasol explicó que, a lo largo de las últimas semanas, ha venido desarrollando «un intenso trabajo de información sobre el cementerio nuclear de El Cabril», llegando a la conclusión de que la respuesta que ha recibido a sus demandas desde el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que le ha remitido un informe del CSN sobre las infiltraciones de agua en las celdas de almacenamiento de El Cabril, refuerzan su tesis de que debe procederse a la «suspensión cautelar de la entrada de residuos» a dicha instalación, gestionada por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).
Así, a juicio de la asociación ecologista, «las infiltraciones de agua en las celdas de almacenamiento de residuos nucleares no parecen estar solucionadas y Enresa sigue ensayando diversas acciones de remedio», situación que causa «preocupación» en Hornasol, que insistió en pedir «la paralización de la entrada de residuos nucleares a El Cabril».
La asociación ecologista llegó a esta conclusión a raíz del citado informe del CSN que le ha remitido Industria, en el que, sin embargo, se afirma que «aunque la aparición de agua en las celdas es una cuestión que debe ser debidamente atendida, con el fin de evitar su aparición, o al menos minimizarla, este no es un fenómeno que ponga en peligro la seguridad actual de la instalación y, por tanto, no procede suspender, ni siquiera de manera cautelar, la entrada de residuos en el El Cabril».
El CSN recordó en su informe que en el verano del año 2003 se comenzó a detectar agua en el pote de la Red de Control de Infiltraciones de la Plataforma Norte, correspondiente a una celda de almacenamiento de residuos ya cerrada. La aparición de agua se ha repetido posteriormente en otras seis celdas de la citada plataforma, habiéndose recogido, a lo largo del año 2007, una cantidad total de unos 250 litros».
A este respecto, el CSN aclaró que «la Red de Control de Infiltraciones de la instalación constituye una barrera de ingeniería diseñada expresamente para recoger y controlar el agua que pueda aparecer en las celdas de almacenamiento. Esta red dispone de un depósito final de control con capacidad para recolectar 100 metros cúbicos de agua».
«El agua así recolectada –prosigue el CSN– se puede reciclar dentro de la propia instalación para la fabricación del mortero utilizado para el acondicionamiento de los residuos radiactivos o, tras su pertinente control radiológico, remitirlo a la balsa de vertidos, donde se procedería, en su caso, y tras un nuevo control a su liberación al exterior. El sistema, así diseñado, garantiza un vertido nulo de efluentes radiactivos líquidos al medio ambiente. El agua recogida hasta el momento en la Red de Control de Infiltraciones en ningún caso ha dado lugar a vertidos líquidos al exterior de la instalación».
En cuanto al origen de las infiltraciones de agua, respecto a las que «Enresa está ensayando varias acciones de remedio», el CSN destacó que, «aunque aún no haya conclusiones definitivas sobre las investigaciones y estudios puestos en marcha, los resultados iniciales atribuyen la aparición del agua a un fenómeno de condensación de la humedad presente en los huecos de la estructura de almacenamiento a causa de la diferencia de temperaturas que se dan entre las distintas paredes de la misma (paredes de la celda y del contenedor alojado en su interior). El fenómeno aparece en exclusiva en las estaciones del año con temperaturas extremas (invierno y verano)».