El Parlamento Europeo intenta elevar la ambición de los Estados en la lucha contra el cambio climático, exigiendo que para el año 2030, el 35% de toda la energía que se consuma proceda de fuentes renovables, en lugar del 27% que habían pactado los Estados miembros.
El acuerdo, aprobado por dos tercios de la Cámara, recuerda que solo así se pueden alcanzar los objetivos fijados en París. Por mucho que resulte oneroso y complejo acelerar la transición energética, es absolutamente imprescindible. Los mandatarios europeos han de saber que los costes de no hacerlo serán muy superiores.
En el conjunto de la UE, la energía procedente de fuentes renovables representa ahora el 16,9% de total, con diferencias tan acusadas como la que hay entre Suecia, donde alcanza el 54,2%, y Reino Unido, donde solo llega al 8,9%.
En España representa el 17,4%. Se estima que la UE podrá alcanzar su objetivo de lograr el 20% en 2020, pero la batalla se centra ahora en los objetivos para la siguiente década. España, que ha sido llamada a capítulo por la UE para responder de los altos niveles de contaminación atmosférica, deberá además replantearse su política sobre energía solar. El Parlamento Europeo ha aprobado una moción para que no se permitan gravámenes a la energía procedente de fuentes renovables de autoconsumo, como el llamado impuesto al sol que rige en España.
Hay que tener en cuenta que la reactivación económica comportará un aumento de la demanda de electricidad que agravará las emisiones si se obtiene a partir de combustibles fósiles. La Agencia Internacional de la Energía estima que de aquí a 2040 la economía global crecerá a una media de 3,4% anual y la población mundial pasará de 7.400 a 9.000 millones, lo que hará que la demanda de energía aumente en un 30%. Esto obliga a revisar los objetivos de emisiones establecidos hasta ahora y a ser mucho más ambiciosos en la lucha contra el cambio climático.