Los colibríes están entre las aves más pequeñas que existen: sus cuerpecitos apenas miden tres o cinco centímetros. Estos pájaros vistosos tienen picos alargados para alimentarse del néctar que se esconde en las flores y, en vuelo, están especializados en hacer maniobras muy cerradas y en quedarse suspendidos. La mezcla de azúcares y agua del néctar les permite mantener un metabolismo muy acelerado.
De hecho, su corazón puede llegar a latir 1.260 veces por minuto y sus alas baten entre 12 y 80 veces por segundo (aún así muy lejos de los 2.000 batidos por segundo de algunos insectos). Gracias a esto pueden mantener tasas de consumo de oxígeno en sus músculos diez veces mayores a las de un atleta de élite.
Un estudio publicado en Science ha tratado de desvelar los secretos del increíble vuelo de los colibríes. Una investigación realizada por biólogos de la Universidad de Columbia Británica, ha estudiado las aceleraciones, las rotaciones y los giros hechos en vuelo por más de 200 colibríes de 25 especies. Los científicos han tratado de averiguar cómo y por qué la evolución ha esculpido el vuelo de estos animales. Los hallazgos sugieren, por ejemplo, que, en contra de lo que pueda parecer, los colibríes más grandes son más ágiles en vuelo que los pequeños.
"Los estudios de murciélagos, pájaros y otros animales muestran que incrementar la masa corporal tiene un efecto negativo sobre muchos aspectos del vuelo", ha dicho en un comunicado Roslyn Dakin, primera autora de la investigación. "Pero con los colibríes, la evolución simultánea hacia mayores tamaños de alas y mayores masas ha ayudado a las especies más grandes a compensar su mayor peso".
¿Qué quiere decir esto? Para los seres vivos, la supervivencia es una cuestión de economía. Cada rasgo que adoptan tiene unas ventajas y unos inconvenientes, y por eso siempre es ventajoso alcanzar un equilibrio entre ambos que sea compatible con las pruebas que se han de superar. Por ejemplo, ser un colibrí un poco más grande puede mejorar la maniobrabilidad, pero aumenta la demanda de energía.
Además, también influye en el éxito reproductivo y afecta a la capacidad de hacer migraciones a largas distancias. Por todo esto, los rasgos de cada especie, de colibrí y también en general, reflejan un equilibrio de características que responde a la interacción de muchos factores, como la disponiblidad de comida, la temperatura, la forma de reproducirse, etc.