Dar a conocer a los distintos sectores industriales las posibilidades de los Fluidos Supercríticos y el avance que ha tenido esta tecnología en los últimos años. Con este objetivo ha organizado el Centro Tecnológico GAIKER-IK4 para el 16 de Octubre unas jornadas dirigidas a empresas de diferentes sectores sensibles no sólo a la mejora técnica y medioambiental de sus productos, sino también al desarrollo de nuevos productos y procesos aplicando este método, la cual contará con la presencia de profesionales y empresas con experiencia en el uso de Fluidos Supercríticos.
La tecnología de Fluidos Supercríticos está incluida dentro de las tecnologías limpias y respetuosas con el medio ambiente. Los procesos basados en esta tecnología no aplican solventes convencionales, o los utilizan en muy poca cantidad.
Tradicionalmente, la selección del disolvente adecuado para un determinado proceso se hacía teniendo en cuenta su eficacia y su capacidad para contribuir a que los procesos tengan lugar en condiciones óptimas de eficiencia, seguridad y rapidez. El aumento de la conciencia ambiental en los últimos años y la demostración de que los solventes, en especial los halogenados, dañan la capa de ozono, ha revertido la actitud frente a estos solventes, de modo que la tendencia actual es la eliminación total de su uso. Frente a esta problemática de los disolventes, los Fluidos Supercríticos se presentan como alternativa debido a las ventajas que presentan: evitan el uso de disolventes orgánicos, son inocuos (lo contrario que los disolventes) y el rendimiento del proceso es mayor al reducir el tiempo de la operación.
Una tecnología en auge
El interés por los Fluidos Supercríticos y por su potencial para la mejora de procesos ha crecido de forma significativa en los últimos años. De hecho, ya encuentra aplicación en un abanico importante de sectores industriales como la alimentación, el cosmético, el farmacéutico y nutracéutico, materiales plásticos, textil, limpieza de materiales, tratamiento de residuos etc.
También cubre líneas emergentes de actuación como la nanotecnología, campo donde los Fluidos Supercríticos muestran notables ventajas frente a las tecnologías convencionales. Entre los Fluidos Supercríticos más habituales destaca el CO2 por varias razones: su presión y temperatura críticas son relativamente bajas (74 bar y 32ºC), no es tóxico, no contamina, no es inflamable, es económico, fácil de reciclar y, por tanto, no supone un problema medioambiental de gestión de residuos.