El Ayuntamiento de la localidad abulense de Hoyos del Espino (463 habitantes), situada en pleno Parque Regional de Gredos, ha comenzado a sustituir el alumbrado público, con el objetivo de convertirse en una población con la mínima contaminación lumínica.
Una de las nuevas farolas instaladas |
Esta iniciativa del Consistorio se produce para cumplir con las directrices marcadas por la Ley del Cielo, promulgada en la Declaración sobre la Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas de 2007, teniendo en cuenta que 2009 es el Año Internacional de la Astronomía.
El primer paso fue dado el pasado miércoles, cuando se procedió al encendido del nuevo sistema de alumbrado eléctrico, que consiste en la sustitución de las antiguas farolas por otras con cubiertas que focalizan la iluminación hacia el suelo, lo que permite un uso «más eficaz y racional de la luz emitida, mejorando la observación del cielo nocturno».
Así lo explica en una nota de prensa el alcalde de la localidad, Roberto García, quien considera necesario trabajar para que «se den las condiciones óptimas para ello en un lugar privilegiado para el estudio de la Vía Láctea como es Hoyos del Espino».
Iluminación más respetuosa con el cielo y el medio ambiente
El primera paso ha sido cambiar la iluminación de tres de las plazas más importantes del pueblo, para lo que el Ayuntamiento ha contado con la ayuda económica de Sanitas y sus empleados.
«Una vez hecho esto, queremos cambiar todo el alumbrado del pueblo, anticipándonos a la iniciativa de la ONU que ha declarado al 2009 como el Año Internacional de la Astronomía», ha añadido.
Desde su punto de vista, el nuevo alumbrado, además de significar «un importante ahorro» debido a su mayor eficiencia energética y de «disminuir la intrusión de la luz de las farolas en las viviendas», evitará las «graves consecuencias que la contaminación lumínica supone para la fauna autóctona».
En este sentido se ha referido de manera especial a las aves y los anfibios, ya que «la intensidad y la ineficaz focalización de la luz emitida afecta a sus ritmos biológicos».
Las aves, sobre todos las migratorias, se ven afectadas por este tipo de contaminación, al confundir la iluminación artificial con la luz del sol, lo que hace que continúen su vuelo hasta que mueren extenuadas, según ha explicado el Ayuntamiento.