La idea de usar microalgas como fuente de combustible no es nueva. Sin embargo, es ahora cuando ha cobrado relevancia debido tanto a la escalada del precio del petróleo como a los riesgos que implica la dependencia de suministros externos, a lo que se suma la creciente preocupación por el calentamiento global asociado a la combustión de carburantes fósiles.
Por ello, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía celebra hoy una jornada sobre el aprovechamiento de estos microorganismos con fines energéticos. El objetivo del acto, celebrado en el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, es «dar a conocer las perspectivas de desarrollo de esta tecnología y su situación actual».
Eminencias de la industria y la tecnología
Para ello han invitado a investigadores, tecnólogos y empresas nacionales e internacionales del sector, así como a importantes expertos internacionales, que darán al encuentro un enfoque divulgativo. Se tratarán los retos tecnológicos actuales, relacionados en gran parte con la recogida de la producción y la adecuación a su uso energético en condiciones de eficiencia económica y energética
¿Qué son exactamente?
Las microalgas son microorganismos que desarrollan la fotosíntesis, en la cual intervienen la luz solar, el dióxido de carbono y el agua para obtener biomasa. Las algas están entre los organismos más eficientes para convertir la luz solar en biomasa Su uso final puede encontrarse en los sectores energético, alimentario o en otro tipo de aplicaciones industriales.
Principales usos energéticos
Además de su combustión directa, existe la posibilidad de obtener biodiésel, metano (mediante la digestión anaeróbica) e incluso hidrógeno. La obtención de biodiésel por esta vía constituye toda una novedad, pues hasta ahora sólo se ha producido a partir de grasas vegetales y, en menor medida, animales.