Científicos británicos y etíopes anunciaron hoy los resultados satisfactorios de una campaña para salvar a la especie más rara de lobo del mundo, cuya población descendió en los últimos años hasta los 500 ejemplares, como resultado de la invasión de su hábitat por parte del hombre.
Así, el equipo formado por la Unidad de Conservación de Vida Salvaje de la Universidad de Oxford (WildCRU) y la Autoridad para la Conservación del Lobo de Etiopía, logró capturar y vacunar contra la rabia a 40 ejemplares. La rabia pasó de los perros domésticos a esta especie y amenaza con acabar con dos tercios de la población de lobo etíope, pero ahora los científicos están logrando vacunar a una considerable cantidad de ejemplares para evitar la expansión de esta enfermedad.
El doctor de la WildCRU Claudio Sillero insistió hoy en que las vacunaciones son la única esperanza de mantener la población del Lobo Etíope. «Si no le ponemos obstáculos, la rabia puede matar a unos dos tercios de la población de todos los lobos el Valle de Bale y expandirse después, con lobos feneciendo de muertes horribles y reduciendo su número a niveles peligrosamente bajos», explicó el investigador en declaraciones a la BBC recogidas por Europa Press.
El plan de este equipo bilateral es vacunar familias enteras o grupos formados por seis adultos. Cuando estos entren en contacto con lobos o perros que no estén inoculados con la vacuna no se contagiarán de la enfermedad.
EL LOBO MÁS RARO, GUARDIÁN DE LAS MONTAÑAS DE ÁFRICA
Además, el doctor Sillero añadió que el comportamiento de los lobos durante esta época del año les hace particularmente vulnerables de coger enfermedades de otros animales. «Los lobos reinan aquí, quiero pensar que ellos son los guardianes del las altas montañas de África», señaló.
Igualmente, explicó que en esta época los lobos se encuentran en medio del periodo de apareamiento, y que grupos familiares se erosionan, ya que las hembras y los machos también se aparean fuera de estos grupos y algunas de las hembras, en ocasiones son cortejadas por perros salvajes, lo que, según el científico británico, contribuye a que se incremente la transmisión de la enfermedad.
Las montañas de Bale, en el sur de Etiopía, conforman la mayor extensión de plataformas montañosas de África y son el hogar del lobo Etíope, donde en la actualidad se estima que viven unos 40.000 perros traídos por los pastores para cuidar a las ovejas y que se han convertido en una reserva para la rabia. Cerca de 10.000 de estos perros son vacunados contra ésta cada año, pero eso no evita la prevención de la transmisión.
Por su parte, el director de WildCRU, David MacDonald, indicó que esto es un «ejemplo poderoso de la importancia de la ciencia y la práctica de la conservación de la vida salvaje combinado con el esfuerzo para poner en marcha soluciones prácticas».
Finalmente, Sillero estima que la supervivencia del lobo es clave para la continuidad del ecosistema completo de estas tierras, ya que como los máximos carnívoros, son los responsables del control de la población de los pequeños herbívoros, especialmente los roedores y acotó que la campaña de vacunación continuará al menos hasta mediados de noviembre.