Casi 5.000 hectáreas en el último año y más de 12.000 en los cuatro últimos, en los que, como consecuencia de la reducción del cultivo de este cereal forrajero por la sequía en todo el país, las variedades modificadas genéticamente que comercializa la multinacional Monsanto han ganado cuota de mercado para acaparar ya un 36,7% de la superficie total: 124.227 hectáreas de 337.900 en la última campaña.
Los agricultores españoles dedicaron la pasada campaña 4.854 hectáreas menos que el año anterior al cultivo de maíz modificado genéticamente, una reducción del 3,7% que resulta inferior al 4,6% (10.446) que retrocedió el cereal convencional y que, pese al descenso, sitúa al primero en su mayor cuota de mercado histórica, según los datos del Ministerio de Agricultura sobre consumo de semillas modificadas y superficies.
El cultivo de maíz transgénico fue creciendo progresivamente en España desde que las semillas de la variedad MON 80 de Monsanto fueron autorizadas en 1998, hace ya veinte años, hasta alcanzar el récord de superficie en 2013, cuando fue sembrado en 136.962 hectáreas, aunque estas solo suponían un 31,17% de las 439.400 dedicadas al conjunto de variedades transgénicas y convencionales. Estas últimas llegaron ese año a 302.438; lejos, en cualquier caso, del medio millón que se alcazaba en el cambio de siglo.
A partir de ese año, y principalmente como consecuencia del ciclo de sequía que ha ido reduciendo la disponibilidad de agua para riego en todo el país, la superficie dedicada a ambos tipos de plantas se fue reduciendo paulatinamente, ya que el maíz requiere unos diez millones de litros por hectárea, una demanda similar a la de los campos de golf con los desarrollos urbanísticos que suelen llevar asociados. El transgénico perdió en esos años 12.735 hectáreas por 88.765 del convencional, con sendos dientes de sierra en 2015, para situarse en 124.227 y 213.673.
“El epicentro del cultivo de transgénicos en la UE”
El furor por el cultivo de vegetales con los códigos genéticos modificados en España choca con el rechazo que su producción despierta en el resto de la UE, en la que 17 países se oponen a renovar la licencia del Mon 80 y a concedérsela al BT11 de Pyonneer y el 1507 de Singenta. Esa abrumadora mayoría numérica no lo es, sin embargo, en términos de población, lo que deja la última decisión en manos de la Comisión Europea.
Casi dos tercios del maíz transgénico de España, el país de mayor producción de los cinco comunitarios que la permiten (los otros son Chequia, Eslovaquia, Portugal y Rumanía), se cultiva en tres provincias limítrofes del norte del país: Huesca y Lleida lideran, con 38.232 y 30.770 hectáreas, un sector en el que les sigue Zaragoza con 10.512. Cáceres, con 9.140, ocupa el siguiente puesto en el ranking.