Los amantes de los trenes y de las energías renovables tenemos una cita ineludible en Byron Bay, a 600 kilómetros al norte de Sydney. Desde el pasado mes de diciembre, en esta localidad costera australiana, circula el que se autodenomina “primer tren solar del mundo”.
Ciertamente no es un AVE (circula a unos 50 km/h, aunque tiene una velocidad punta de 115 km/h) ni un Transiberiano (el recorrido actual del Byron Bay Train es de poco más de 3 kilómetros) pero, según los turistas y vecinos usuarios de esta linea de cercanías, la experiencia es fascinante. El Byron Bay Train opera con un único convoy formado por dos vagones, en un tren antiguamente impulsado con motor diesel; adaptado ahora con placas fotovoltaicas y baterías para funcionar íntegramente con energía eléctrica captada del sol.
Brian Flannery tuvo la idea de rehabilitar esta línea ferroviaria en desuso hace unos diez años. En principio solo pensó en recuperar el tren abandonado y restaurar las vías pero finalmente el proyecto incorporó un moderno sistema de captación solar, exquisitamente adaptado para no alterar la estética del convoy de época. El tren funciona en condiciones normales gracias a la energía captada por las placas solares instaladas en la parte superior del convoy doble y las placas solares emplazadas en los tejados de las estaciones. El tren dispone además de un motor de emergencia que puede funcionar con gasoil.
Brian Flannery se hizo millonario hace años con la industria del carbón y después decidió invertir en proyectos turísticos. Los usuarios de varios de los hoteles de la bahía Byron -incluido un ‘resort’ propiedad de Flannery- se enfrentan a diario -en temporadas de verano- con los problemas de tráfico habituales en muchas zonas de playa del mundo y Brian Flannery pensó que podría ser una buena idea poner en funcionamiento un medio de transporte alternativo. La alternativa romántica, en este caso, era una vieja linea de tren construida después de la Segunda Guerra Mundial y abandonada en los años 1970.
El nuevo Byron Bay Train ha nacido como una iniciativa empresarial sin ayudas públicas de importancia y necesitará algunos años para recuperar la inversión pero los primeros meses de funcionamiento muestran que la experiencia puede ser un éxito rotundo. Las 100 plazas del tren están prácticamente ocupadas en todos los trayectos diarios y en festivos y fines de semana las listas de espera son habituales. El nuevo tren solar ha tenido tanto éxito que el pasado mes de marzo se pusieron en marcho los primeros viajes nocturnos… reforzando para ello el sistema de baterías.