Un equipo internacional de investigadores ha analizado más de 230 cultivos del hongo Batrachochytrium dendobatidis de todo el mundo y ha secuenciado su genoma.
Los resultados, que se publicaron en la revista Science, revelan la existencia de cuatro linajes genéticos, de los cuales tres están distribuidos por todo el mundo un cuarto solo se encuentra en ranas nativas de la Península de Corea.
El linaje coreano es el más parecido al ancestro que originó todos los linajes actuales del hongo y presenta mayor diversidad genética que el resto.
El equipo, en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) junto a 37 instituciones científicas más, urge a prohibir el comercio de anfibios procedentes de Asia como mascotas para asegurar la supervivencia de las especies vulnerables.
Herramientas genéticas
Las herramientas genéticas han permitido descubrir que, contrariamente a lo que se pensaba, la enfermedad se ha extendido por el mundo fundamentalmente en los últimos 50 – 120 años, coincidiendo con la expansión del comercio global.
“Paradójicamente, el mismo mundo globalizado que nos permite tener mascotas del otro lado del planeta en nuestras casas, puede provocar que nuestros hijos nunca lleguen a conocer muchas de las especies que llevan miles de años conviviendo con el ser humano”, se lamenta el investigador del MNCN Jaime Bosch, descubridor del primer brote causado por este hongo en Europa y uno de los firmantes del estudio.
“La prohibición del comercio de especies no es un capricho”, apunta Bosch. Hace menos de cuatro años descubrieron la existencia Batrachochytrium salamandrivorans, una segunda especie del hongo que está devastando las poblaciones centroeuropeas de salamandras.
Hongo
“Ese hongo llegó hasta Europa a través de la red de venta de anfibios como mascotas. Mantener este mercado es conlleva un altísimo riesgo de que pueda extender por el mundo nuevas formas de estos hongos que se desconocen hasta el momento”, continúa.
“Haber descifrado el genoma y los linajes el hongo es un primer paso para intentar neutralizarlo, pero hasta que llegue ese momento, es imprescindible tratar de frenar su expansión”, concluye el investigador del MNCN.
Batrachochytrium dendrobatidis, conocido como el hongo asesino de anfibios, ha sido identificado como el causante del declive generalizado y la extinción de especies de ranas, sapos, tritones y otros anfibios en todo el mundo. Este hongo está distribuido a lo largo de todo el mundo, pero hasta ahora no estaba claro donde emergió la cepa virulenta.
El hongo asesino se trasmite de un animal a otro y se extiende rápidamente por la naturaleza, causando mortalidades catastróficas en muchas especies, mientras que a otras no les afecta. La enfermedad producida por este hongo, denominada quitridiomicosis, afecta a la piel de los anfibios, impidiendo la correcta regulación del agua y los electrolitos que desencadenan un fallo cardíaco.
Fuente: Vozpópuli,