Hay plantas de interior que mejoran la calidad del aire en espacios cerrados. No cualquier planta: estudios científicos han determinado cuáles son las especies vegetales que reducen más y mejor la cantidad de sustancias tóxicas en los espacios cerrados y, por lo tanto, las que más contribuyen con la purificación del ambiente.

Ahora bien, ¿de qué toxinas se trata? Alguien podría pensar que, si en una estancia se mantiene una buena limpieza y a la vez una buena ventilación, no habrá en su interior demasiadas sustancias nocivas. Sin embargo, muchos "enemigos" están dentro, junto a nosotros: disolventes, desinfectantes, pinturas, ambientadores, insecticidas, productos para el lavado en seco, tintas para impresoras y fotocopiadoras, pegamentos, barnices, soluciones fotográficas y muchos otros productos de origen petroquímico, en general, ocasionan un tipo especial de contaminación.

Compuestos orgánicos volátiles: qué problemas ocasionan

Esos productos liberan los llamados compuestos orgánicos volátiles (COV), entre los cuales se encuentran sustancias como benceno, formaldehído, percloroetileno, estireno, tolueno y xireno. Por lo general, estos compuestos se relacionan con la contaminación industrial, ya que la quema de combustibles como la gasolina, el gas natural, el carbón y la madera libera a la atmósfera grandes cantidades, y son una de las principales causas de la polución y las boinas de contaminación.

Sin embargo, los mencionados productos caseros también liberan COV. Lo hacen a una escala mucho menor, por supuesto, pero en espacios mucho más reducidos, lo cual los convierte también en un riesgo para la salud. Sus efectos no son menores: según el Decimocuarto Informe sobre Carcinógenos, publicado en 2016 por el Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos, tanto el benceno como el formaldehído son sustancias cancerígenas, mientras que el percloroetileno y el estireno aparecen como "carcinógenos humanos según previsiones razonables".

El cáncer es el problema más grave, pero solo una de las tantas posibles consecuencias de la exposición a estas toxinas. Los especialistas afirman que también pueden surgir enfermedades en el hígado, los riñones y el sistema nervioso central. Y también trastornos a corto plazo, que van desde irritación en los ojos y las vías respiratorias, dificultades en la vista, jaquecas, mareos y fatiga, hasta reacciones alérgicas de la piel, pérdida de coordinación, náuseas y pérdida de memoria. 

Las plantas que ayudan a purificar el aire

Existen, desde luego, filtros, sistemas de ventilación y otros dispositivos que resulta necesario instalar en fábricas y otros espacios con una elevada presencia de COV. Para el ámbito doméstico o una oficina, no obstante, la contribución de algunas plantas puede ser muy valiosa. Ya en 1989 la NASA, la agencia espacial de Estados Unidos, publicó un estudio acerca de la acción en este sentido de algunas especies.

Según aquel trabajo -dirigido por B. C. Wolverton, un científico que comenzó a investigar la cuestión a finales de los años sesenta, en busca de plantas que ayudaran a eliminar el efecto de armas químicas como el Agente Naranja- la gerbera (Gerbera jamesonii), el crisantemo (Chrysanthemum morifolium), la drácena (Dracaena marginata), la hiedra común (Hedera helix), la sansevieria (Sansevieria laurentii) y la musa (Musa oriana) fueron las más útiles para eliminar algunos de los COV más comunes y peligrosos: benceno, formaldehído y tricloroetileno.

Desde aquel momento, muchos científicos abordaron el mismo tema. Una de las últimas investigaciones, de 2016, realizada por expertos de la Universidad Estatal de Nueva York, determinó que cinco plantas son muy efectivas para esta tarea purificadora: el árbol de jade (Crassula argentea), la cinta o lazo de amor (Chlorophytum comosum), la bromelia o guzmania (Guzmania lingulata), la consolea (Consolea falcata) y el tronco de Brasil (Dracaena fragrans).



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