El 88% del espacio interlestelar, la región situada entre las estrellas, está compuesto de átomos de hidrógeno. El 10% está hecho de helio, y el restante 2% de carbono y oxígeno, así como de otros elementos en menor proporción. La composición de esta sopa permite que se formen moléculas de etanol, agua, dióxido de carbono, metano y amoníaco.
Eso sí, su concentración es extraordinariamente baja, así que en realidad no podríamos recoger estas moléculas. Pero, ¿en qué proporción están? ¿Cómo de abundantes son los ingredientes que pueden ser cruciales en la aparición de la vida?
Un estudio recientemente publicado en «Monthly Notices of the Royal Astronomical Society» ha concluido que una gran parte de uno de estos elementos químicos presentes en el espacio interestelar, el carbono, está en forma de moléculas de grasa.
Los investigadores, encabezados por Gunay Banihan, investigador en la Universidad de Turquía, trataron de estimar el contenido de hidrocarburos en el polvo interestelar.
Espacio interestelar
Actualmente, se considera que la mitad del carbono del espacio interestelar está en forma pura, mientras que la otra mitad está en cadenas abiertas (alifáticas) o aromáticas (cerradas, en forma de anillos).
Pero se desconoce en qué proporción dichas cadenas tienen una forma u otra. Los investigadores trataron de crear un polvo con las mismas propiedades del polvo interestelar en el laboratorio. Para ello, recrearon su proceso de formación y sometieron estas moléculas al vacío y a las bajas temperaturas del espacio.
«Combinando nuestros resultados en el laboratorio con las mediciones de observatorios astronómicos, pudimos analizar la cantidad de carbono alifático entre nosotros y las estrellas», ha dicho en Universetoday.com Tim Schmidt, coautor del estudio e investigador en la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia).
A través de estas aproximaciones, los investigadores concluyeron que hay 100 átomos de carbono en forma de grasa por cada millón de átomos de hidrógeno. En la Vía Láctea, eso significaría que hay 10.000 millones de billones de billones de toneladas de grasa.
«¡Esta grasa espacial no es como la que te puedes untar en una tostada! Está sucia, es probablemente tóxica y solo se forma en el espacio interestelar (y en nuestro laboratorio)», ha dicho Schmidt. «Lo que realmente llama la atención es que el material orgánico de este tipo -que luego se incorpora en los sistemas planetarios- sea tan abundante».
A continuación, los investigadores tratarán de estimar la cantidad de carbono aromático, en forma de anillos, que puede existir en el espacio interestelar. En última instancia, estos cálculos permitirán saber cuántos de estos elementos están disponibles en nuestra galaxia y qué implicaciones puede tener esto en la aparición de vida.
Fuente: ABC,