Los hallazgos provienen de un análisis de las tasas de cambio de carbono en el suelo realizado por los científicos de Rothamsted Research, donde se han recogido muestras de los campos desde 1843. Se publican en Global Change Biology.
La idea de usar cultivos para recolectar más carbono atmosférico y encerrarlo en la materia orgánica del suelo para compensar las emisiones de combustibles fósiles se lanzó en la COP21, la XXI Conferencia anual de las Partes para examinar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París en 2015.
Aumentar el secuestro de carbono
El objetivo era aumentar el secuestro de carbono por «cuatro partes por 1000 (4P1000)» por año durante 20 años. «La iniciativa en general es loable», dice David Powlson, especialista en suelos y miembro senior de Lawes Trust en Rothamsted.
«Cualquier contribución a la mitigación del cambio climático es bienvenida y, quizás más importante, cualquier aumento en el carbono orgánico del suelo mejorará la calidad y el funcionamiento del suelo», agrega. «La iniciativa ha sido adoptada por muchos gobiernos, incluido el Reino Unido».
Pero ha habido serias críticas a la iniciativa. Muchos científicos argumentan que esta tasa de secuestro de carbono del suelo no es realista en grandes áreas del planeta, señala Powlson: «Además, los aumentos en el carbono del suelo no continúan indefinidamente: se mueven hacia un nuevo valor de equilibrio y luego cesan».
Tres tipos de suelos diferentes
Los científicos de Rothamsted utilizaron los datos de 16 experimentos en tres tipos de suelos diferentes, dando más de 110 comparaciones de tratamientos. «Los resultados mostraron que la tasa de aumento de 4 por 1.000 en el carbono del suelo puede lograrse en algunos casos, pero generalmente solo con medidas extremas que serían principalmente poco prácticas o inaceptables», dice Paul Poulton, autor principal y especialista en suelos eméritos.
«Por ejemplo, las grandes aplicaciones anuales de abono animal provocaron aumentos en el carbono del suelo que continuaron durante muchos años, pero las cantidades de estiércol requeridas excedieron con creces los límites aceptables según las regulaciones de la UE y causarían una contaminación masiva por nitratos», señala Poulton.
La eliminación de la tierra agrícola condujo a grandes tasas de aumento de carbono en el suelo en los experimentos de Rothamsted, pero hacerlo en grandes áreas sería altamente perjudicial para la seguridad alimentaria mundial, según los investigadores.