Alérgenos no declarados
El consumo de alérgenos no declarados implica que, cuando una persona es alérgica a un alimento, requiere que tenga que aprender a vivir con ello. ¿Cómo? Pues prestando especial atención a la información sobre ingredientes suministrada a través del etiquetado y en las cartas de establecimientos.
Así vivía Natasha Ednan-Laperouse, de 15 años, quien en 2016 compró un bocadillo en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, sin saber que ese almuerzo en aquel vuelo a Niza sería mortal.
Semillas de sésamo
La adolescente era alérgica a las semillas de sésamo y el bocadillo contenía este ingrediente sin declarar. Tampoco se apreciaba a simple vista, puesto que las semillas habían sido horneadas con el pan.
Le provocó una grave reacción alérgica ante la que su padre le suministró dos dosis de su medicación. Natasha empezó a tener dificultades para respirar perdiendo la vida en un hospital de Niza.
Pret a Manger
La cadena de comida rápida Pret a Manger en la que adquirió el bocadillo, ha alegado que no etiqueta sus productos en base al Reglamento (UE) nº1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de octubre de 2011 , sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, que incluye los granos de sésamo entre los catorce alérgenos de obligado cumplimiento que deben destacarse en el listado de ingredientes.
Bocadillos preparados que evitan el etiquetado para reducir costes
Expone que los bocadillos se preparan en las propias tiendas y para reducir costes evitan el etiquetado. Así suministran la información a través de otros medios como Internet y carteles informativos en sus tiendas.
El lunes pasado comenzó una investigación en los tribunales británicos. Se estudiará si el etiquetado del alimento y la atención que recibió a bordo del avión durante el shock anafiláctico fueron correctos.
Fuente: Cristina Arranz / Técnico de seguridad alimentaria de Ambientum,