Las temperaturas en el Reino Unido podrían subir hasta cinco grados en 50 años, con frecuentes olas de calor por encima de los 40 grados en verano, según el reciente informe sobre los efectos del cambio climático de la Met Office.
El verano pasado fue el más caluroso del último siglo en Inglaterra, con temperaturas de 35,5 grados en Kent, donde se llegó a registrar en 2003 récord del día más cálido en el país: 38,5 grados en 2003.
Reino Unido
En 2070, según la proyección del Met Office a partir de la tendencia de las últimas décadas y de la progresión de las emisiones de CO2, la temperatura media en verano sería 5,4 grados por encima de los 24 grados actuales (incluidas Escocia, Gales e Irlanda del Norte).
«Nos esperan veranos con un calor árido, inviernos con lluvias más intensas y subidas en el nivel del mar», ha advertido el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, que ha apuntado la posibilidad de que los agricultores británicos reciban subsidios para hacer frente a los rigores del cambio climático.
La Met Office advierte que la posibilidad de veranos cálidos y húmedos por encima de los 30 grados como el experimentado en 2018 ha aumentado hasta un 50%, frente a la estimación anterior de un 10%.
La Met Office advierte que el nivel del mar podría subir 1,13 metros en 2100 con el nivel actual de emisiones, lo que obligaría a reforzar la «barrera» en el estuario del río Támesis y a tomar medidas de protección en ciudades como Belfast y Cardiff.
El informe sobre los efectos del cambio climático llega días después de la publicación de la Cuarta Evaluación sobre el cambio climático elaborada una docena de agencias federales y remitida al Congreso norteamericano, devaluado sobre la marcha por el presidente Trump con estas palabras: «No me lo creo».
El estudio alerta sobre el aumento de un 30% de fuegos como el que este otoño ha asolado California, la alta frecuencia de las olas de calor en el oste y el riesgo creciente se inundaciones en Midwest que «puede poner en riesgo la estabilidad de los gobiernos locales y tener un alto coste económico para la empresas y las instituciones públicas».
Fuente: EL MUNDO / CARLOS FRESNEDA,
Artículo de referencia: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2018/11/27/5bfd2adefc6c83524f8b45d3.html,