Seguramente piensas que el término de economía circular no te concierne, pero no es así. La economía circular la generamos todos, y todos podemos desarrollarla, incluso en tu propio hogar. Teniendo en cuenta que en su base se encuentran las famosas tres erres: reducir, reciclar y reutilizar; podrás empezar a pensar que puedes reducir de tu vida cotidiana.
Reducir
Reducir significa vivir con menos, en todos los sentidos. Menos productos, y, por supuesto, menos dinero. Sí, esa es otra parte que valorarás. Los ejemplos son más significativos e ilustrativos. Puedes comenzar recargando tus bolígrafos.
Puede que te suene extraño, pero en las papelerías todavía venden recargas para bolígrafos, solo necesitas llevarlo para que puedan aconsejarte de cuál sería el más adecuado.
Otra cuestión podría ser el propio cepillo de dientes. La mayoría de las personas cuando ve que las cerdas están estropeadas termina tirándolo sin más, aunque la opción más sostenible sería seguir usando el mismo, pero cambiando solo la parte superior donde se encuentran las cerdas. Existen varias marcas que comercializan cepillos con ese cabezal intercambiable.
Envases
Utiliza esos envases que has adquirido con otros productos, ya sean de plástico o de cartón. Las pequeñas cajas de cartón, además de darle un toque más natural a tu hogar, siempre te pueden servir como perfectos organizadores de espacios, para los cajones de la habitación, del armario, en la cocina o en el propio baño.
Las de plástico para colocar las pequeñas macetas y que no chorree el agua cuando se riegan, incluso para distribuir tus utensilios de papelería.
Los tetra briks pueden tener multitud de usos, desde perfectos “guardatodo”, hasta maceteros para plantas o semilleros para poner comida a los pájaros. Las botellas o frascos de vidrio constituyen un magnífico objeto para tratar de dar un nuevo toque a la decoración de tu casa, pintándolos o introduciendo una vela en su interior. Además de servir para conservar mejor los alimentos.
Regalar, vender, donar o realizar trueque con los artículos que inundan tu casa; puede dejarte mucho más espacio para vivir. Incluso la ropa de tu armario o de tu hogar, también es susceptible de ser reciclada o reutilizada.
¿Tienes unas toallas viejas?
Antes de que desaparezca su ciclo de vida, utilízalas cortándolas en pequeños cuadrados a tu antojo para la limpieza general de tu vivienda. Intenta dar un nuevo twist a las prendas que guardas, sobre todo si son de buena calidad, ya sea añadiéndole alguna decoración textil o pintando algún motivo, o creando un nuevo diseño con ellas.
Adquiere zapatos de calidad, que luego puedas ir al zapatero para que te los repare sustituyendo tus suelas o tapas viejas por unas nuevas. Lo mismo ocurre con los sofás: resulta que venden muchos muy baratos, pero a ti te encanta el tuyo, por lo que prefieres llevarlo al tapicero y elegir un bonita tela de composición natural para volverlo a tapizar.
Con los electrodomésticos de tu hogar sucede exactamente lo mismo, prioriza su reparación antes de mandarlos al basurero (también los teléfonos móviles). Si cada uno de nosotros tomase este tipo de sabias decisiones, podríamos ir disminuyendo las enfermedades del planeta, que nos van a ir enfermando a nosotros si no tomamos una clara conciencia ambiental al respecto.
Presta atención a esos artículos que merece la pena conservar, como por ejemplo un mueble viejo. Seguramente con un retoque aquí y allá lucirá un mejor aspecto, puedes hacerlo tú mismo o encargárselo a un profesional de la madera.
No desaproveches la oportunidad de renovar tu hogar, con poco presupuesto y con mucha imaginación, evitando aquellos materiales que no sean biodegradables o sea complicado reciclar. Con tus manos puedes hacer verdaderas maravillas… aunque todavía no te hayas dado cuenta de ello.
Fuente: DIANA / Conciencia Eco,
Artículo de referencia: https://www.concienciaeco.com/2019/01/18/economia-circular-en-tu-propio-hogar-hazlo-tu-mismo/,