Combatir la contaminación de las grandes ciudades es una de las batallas más importantes del siglo XXI. El contexto del cambio climático ha empeorado en los últimos años la calidad del aire hasta convertirse en un importante riesgo medioambiental para la salud, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La contaminación del aire está causando más de 4 millones de muertes prematuras al año en todo el mundo. Para frenar esta realidad resulta necesario oxigenar las ciudades con medidas eficientes que contribuyan a mejorar la calidad del aire y hacer de ellas un entorno más saludable. ¿Cómo? Con árboles.
El rápido crecimiento urbanístico, la mayor presencia de tráfico rodado y el desarrollo de grandes industrias están provocando que más del 80% de las ciudades del mundo superen los límites de calidad del aire establecidos por la (OMS).
La salubridad de un entorno urbano se mide por los niveles de partículas (PM), ozono (O3), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2).
Así, más de la mitad de las ciudades que miden esta contaminación notifican que “el límite de estas partículas se supera 3,5 veces o incluso más”, señala la doctora María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Medioambientales y Sociales de la Salud de la OMS.
Polución
Ninguna región del planeta escapa a la polución y a la exposición de pequeñas partículas de 2,5 micras o de menor diámetro (PM2,5) que son las causantes, entre otras, de enfermedades cardiovasculares, respiratorias e incluso de mayor incidencia de cierto tipo de cánceres, como el de pulmón o el de vejiga.
Europa y España no quedan ajenas a la que es en la actualidad una gran amenaza para la salud pública mundial. Y, aunque los países con ingresos más altos e industrias más avanzadas de Europa, las Américas y el Pacífico Occidental presentan niveles de contaminación más bajos que otras latitudes, se ha demostrado que la contaminación del aire también les afecta, pudiendo reducir de 2 a 24 meses la esperanza de vida de sus ciudadanos.
Solución verde
Parte del remedio a la contaminación del aire y los elevados problemas de morbilidad que conlleva, pasa por la implantación de más zonas verdes en las grandes ciudades. Los expertos coinciden en que el desarrollo y la planificación urbanísticos deben contemplar estos espacios para que actúen como pulmones.
Además, es imprescindible que gobiernos y municipios implementen políticas e inversiones en una industria y transportes más limpios, en viviendas más eficientes, en el uso de energías renovables, en la mejora de la gestión de residuos y en el mantenimiento y desarrollo de áreas arboladas.
No obstante, “aunque los árboles no son la solución definitiva al cambio climático, juegan un papel esencial en la mitigación de sus efectos en el clima” señala Howard Gray, director técnico de cuentas de GreenBlue Cities en España.
Para este experto “los beneficios de los árboles urbanos son múltiples y actúan de diferentes formas en aquellas ciudades y países donde forman parte del paisaje”.
Beneficios de los árboles urbanos
Entre estos beneficios figuran una notable mejora de la salud y bienestar de sus habitantes, gracias a que reducen las principales partículas contaminantes del aire; proporcionan sombra y enfriamiento del clima urbano, entre 2º y 8º, reduciendo así el efecto “isla de calor” provocado por su acumulación en el hormigón y otros materiales.
Mitiga los efectos del viento, pues actúan como paneles aislantes; promueven que los ciudadanos se desplacen caminando y hagan uso de transportes más sostenibles, como la bicicleta; y generan espacios agradables de reunión y ocio.
Además, Howard Gray señala la capacidad que tienen los árboles de “controlar las aguas pluviales, (procedentes del agua de lluvia o del deshielo), de influir de manera decisiva y positiva en la calidad del aire al mejorar sus propiedades, de aportar beneficios económicos por ahorro de costes energéticos, de impulsar la biodiversidad de un área y, en general, de proporcionar un mejor ambiente para todos aquellos que viven, trabajan y juegan en estos entornos”.
Y es que un árbol, perfectamente instalado en un área urbana, es capaz de generar el efecto de 10 sistemas de aire acondicionado, pero con cero gasto energético.
Semillas que dan sus frutos
En la Comunidad de Madrid, los expertos del Área de Medio Ambiente señalan igualmente las bondades que aportan los árboles a los entornos urbanos, en concreto, al de la capital. De hecho, Madrid figura como una de las ciudades del mundo con más calles arboladas, – un total de más de 5.000, que equivalen a más de la mitad de las calles de la ciudad-, a las que se suman las más de 6.000 hectáreas de parques y zonas verdes públicas.
Esta amplia superficie arbórea sitúa a la capital en el cuarto puesto del ranking mundial de ciudades con más árboles (con un total de 5.700.000 ejemplares) por detrás de Toronto (10.200.000), Atlanta (9.415.000) y Londres (8.421.000).
Las más de 500 especies de árboles que coexisten, entre la red de arbolado viario y las zonas verdes y parques de la ciudad, – incluida el área fluvial del río Manzanares – , están aportando múltiples beneficios a la calidad del aire de la capital.
El más importante como captadores de contaminación, ya que actúan como sumideros de carbono y partículas contaminantes, especialmente las especies de pinos piñoneros (Pinus pinea), encinas (Quercus ilex) y olmos (Ulmus pumila).
Valor del bosque urbano
Según el informe ‘Valor del bosque urbano’, elaborado en junio de 2018 por el Ayuntamiento de Madrid, el arbolado total del bosque urbano de la capital es capaz de captar anualmente 673 toneladas de contaminación y de almacenar 470.789 toneladas de carbono, devolviendo así a la atmósfera 77.802 toneladas de oxígeno.
De los árboles madrileños son buenos conocedores los especialistas de ACCIONA Service, la empresa que, desde 2013 y hasta 2021, gestiona el cuidado de ocho parques emblemáticos y de especial interés cultural de Madrid como son el Retiro, el Parque del Oeste, la Quinta de los Molinos, Fuente del Berro, el Capricho, los Jardines de Sabatini, la Plaza de Oriente y la Dehesa de la Villa.
Para ACCIONA Service, la preservación y el mantenimiento de las zonas verdes urbanas resultan de vital importancia para el aprovechamiento de los beneficios de la limpieza del aire en las ciudades.
“Los cuidados continuados evitan el riesgo de degradación y de pérdida de todo su valor ecológico ornamental y garantizan la seguridad de sus habitantes evitando la posible caída de árboles o ramas” apunta Francisco Felices Barcia, gerente Ute de Parques Históricos de ACCIONA.
Oxigenando el futuro
En su lucha contra la contaminación del aire, las grandes megalópolis están apostando por la óptima preservación del arbolado y por la implantación de nuevos ejemplares. Sin embargo, hacerlo del modo correcto es importante para garantizar que éstos puedan aportar los beneficios esperados.
Las compañías especialistas en diseño de infraestructuras arbóreas señalan lo imprescindible que resulta estudiar cada especie y proporcionarle el soporte necesario para que pueda crecer y alcanzar su correcta madurez, pues con demasiada frecuencia muchos árboles se plantan de manera incorrecta y terminan falleciendo al alcanzar los 10 años.
El gerente de parques históricos de ACCIONA señala “que también debe realizarse un estudio de la zona donde se vayan a plantar determinados ejemplares, ya que esto evitará problemas como que tengan un tamaño excesivo, un crecimiento de raíces agresivas, producción de alergias o caída de frutos. Por ejemplo, no se debería plantar nunca un pino piñonero en una zona infantil”, concluye Francisco Felices.
Proyectos verdes y sostenibles
De este modo, con el estudio correcto de arquitectos, urbanistas y técnicos en jardinería, muchas ciudades del mundo están incrementando sus pulmones gracias a proyectos verdes y sostenibles como los que ha llevado a cabo el Área de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid junto a empresas como ACCIONA Service o el caso de GreenBlue Cities en ciudades como Barcelona.
El valor cultural, medioambiental y ornamental que representan estos bosques urbanos es extremadamente valioso en términos de salud y de vida. La oxigenación del aire de nuestras ciudades es crucial si queremos hacer de ellas lugares más habitables para las generaciones actuales y futuras.
Fuente: Ana Caballero / EL MUNDO – Planeta Inteligente,
Artículo de referencia: http://www.planetainteligente.elmundo.es/infraestructuras-sostenibles/las-ciudades-se-vuelven-verdes,