Pese a ser la novedad, y uno de los nuevos caprichos de la sociedad, desde el punto de vista ecológico estos aparatos dejan mucho que desear.
Los televisores de plasma consumen entre tres y cuatro veces más energía que los tradicionales televisores de tubo catódico y los LCD, lo que significa multiplicar por cuatro las emisiones contaminantes.
Un televisor de tubo catódico consume alrededor de 322 kilovatios por año, frente a los 350 de un televisor LCD de 42 pulgadas y los 822 de una pantalla de plasma también de 42. Lógicamente, en la misma proporción aumentan las emisiones de CO2 a la atmósfera.
California comenzará la regulación de su uso y su próxima retirada
Debido a esto, se está planteando comenzar a regular, e incluso prohibir su venta en algunos lugares. En California, las autoridades locales pretenden que en el año 2011 las tiendas vendan únicamente televisores verdes, lo cual excluiría a estos grandes consumidores de electricidad.
A mediados de este año, el gobierno federal californiano podría aprobar las leyes que regulen la venta de los televisores de plasma, por lo que en 2011 empezarían a retirarse de las tiendas, para desaparecer por completo en 2013.
Se calcula que con esta medida se podría ahorrar anualmente la cantidad de energía equivalente al consumo de 86.000 hogares. Los televisores suponen alrededor del 10% de la factura eléctrica de los hogares californianos.
Nueva legislación europea con sistema de etiquetado
Los grandes televisores de plasma también podrían ser prohibidos por la legislación europea. Durante esta primavera, se espera que la UE apruebe nuevas normas que regulen el consumo de electricidad de los televisores, y los de plasma serán los grandes afectados.
Además, la UE impondrá un sistema de etiquetado en los televisores que informa del consumo de energía de cada aparato, igual que ya sucede con otros electrodomésticos. De esta forma, los consumidores podrán distinguir los aparatos más eficientes y menos contaminantes.