El agua embotellada se ha convertido en un lujo del que es necesario prescindir. En los países desarrollados, basta con abrir un grifo para acceder a agua potable así que, ¿por qué insistimos en gastar recursos en adquirir agua embotellada? Una costumbre que resulta paradójica si tenemos en cuenta que muchas de estas botellas acabarán contaminando nuestros mares.
Limpia, segura y a menos de un céntimo el litro. Así es el agua que brota de las tuberías europeas. ¿Inconvenientes? Aparentemente ninguno. Aun así, preferimos una botella a una jarra de agua del grifo. Y cada vez más.
El consumo de agua mineral sigue aumentando: 500 mil millones de botellas PET se producen anualmente. 500 también son los años que tardan en descomponerse.
Menos de la mitad de las botellas PET son recogidas en España para su reciclado y de ellas, apenas el 7% se convierten en envases de nuevo debido al costoso proceso. Otra de las medidas que está funcionando en otros países como Finlandia, Alemania o Noruega es el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR).
Este sistema, que consiste en gravar envases de vidrio, plástico y latas con una pequeña cantidad de dinero que sólo se recupera al devolver el casco para su posterior reciclaje, evita que éstos sean abandonados en la naturaleza. Un sistema circular que se autofinancia desde el primer momento.
Pero además del reciclaje, hay alternativas a los envases de un solo uso. Son sencillas y no suponen un gran esfuerzo.
En el mercado existe una gran variedad de recipientes reutilizables y fabricados con materiales con un menor impacto ambiental, como el vidrio, el acero inoxidable o la silicona. La solución para hacer de este modelo algo definitivo pasa por regular el consumo de plásticos y promover modelos circulares y sostenibles.
Un paso más: legislar el agua
El aumento de la conciencia ecológica de los ciudadanos y administraciones está impulsando medidas más directas que han llegado a legislar la reducción de envases PET.
En los establecimientos de Bundanoon, Australia, las botellas de agua se extinguieron hace una década. En 2009, los habitantes de esta localidad las prohibieron después de que una empresa de bebidas anunciara sus planes para embotellar agua proveniente de una reserva subterránea cercana.
Desde entonces, varias ciudades se han sumado a este movimiento: San Francisco, Hong Kong, Montreal, París, Toronto, Seattle o Londres. Son pioneras en la prohibición de botellas PET e invierten en fuentes urbanas y estaciones de servicio para garantizar el acceso a agua potable en toda la ciudad.
Reducir el uso de envases desechables
La misión de reducir el uso de envases desechables se está extendiendo también a eventos y actividades deportivas. La Maratón de Harrow de 2018 fue la prueba de fuego de la política antiplásticos inglesa: el agua se distribuyó en bolsas biodegradables y se colocaron estaciones de recarga a lo largo de todo del recorrido.
Acciones legislativas más directas, como la obligación de ofrecer agua no envasada en los comercios son las que están regulando los gobiernos de Baleares, Navarra y Andalucía. Las nuevas normativas imponen que en todos los bares y restaurantes haya siempre disponible agua del grifo u osmotizada gratuita a disposición de los clientes.
La empresa privada también se ha hecho eco de la guerra ecológica contra los envases de un solo uso. En España, ACCIONA ha distribuido entre sus empleados botellas reutilizables, una solución al consumo diario de plástico que pretende convertir sus oficinas en un referente en sostenibilidad.
Estas iniciativas, unidas a peticiones ciudadanas han extendido el debate de los envases PET a un derecho humano fundamental: el acceso al agua. Este es el caso de Right2Water, una campaña ciudadana suscrita por miles de personas que ha conseguido que la Comisión Europea actúe. En marzo de 2019 aprobó la primera iniciativa para fomentar el consumo de agua del grifo.
Fuente: Andrea Velasco / Planeta Inteligente – EL MUNDO,
Artículo de referencia: http://www.planetainteligente.elmundo.es/retos-y-soluciones/menos-botellas-y-mas-jarras-de-agua,