Un rebaño de ovejas pasta en las montañas del Alto Ampurdán. Mientras se alimenta reduce la posibilidad de que se produzcan incendios. ¿Cómo lo hace? Eliminando hojas, arbustos y pequeñas ramas de las zonas más frondosas, limpiando el bosque.
El pastoreo o la ganadería extensiva se ha convertido en una de las prácticas más utilizadas para prevenir los incendios, pero esta es solo una de las iniciativas que contribuyen a ello.
Las previsiones negativas para los próximos años y las consecuencias devastadoras del fuego, bien conocidas por quienes viven en las zonas de mayor riesgo, han animado a ciudadanos, instituciones y empresas a participar en este objetivo común. Diferentes prácticas y modelos que se basan en tres pilares: vigilancia, sensibilización y autoprotección.
En España el fuego arrasa 100.000 hectáreas al año. Solo en el primer trimestre del año se han registrado más de 4.000 incendios, mil más que en el mismo periodo de 2018. Además, las últimas investigaciones apuntan a que en los próximos años no harán otra cosa que multiplicarse.
Así lo afirma un estudio de la Universidad de Murcia (UMU) sobre el aumento de los incendios forestales por el cambio climático: en el mejor de los casos, con un aumento de la temperatura inferior a los 2ºC, los incendios aumentarán un 40%; en el peor, si la temperatura superara los 3 ºC estos se incrementarían en un 100%.
El mapa de la salud
Allan Poe no se equivocó al afirmar que “lo importante es saber lo que debe ser observado”. Observar los bosques, analizar su estado de salud, es fundamental para anticipar posibles riesgos. Esto requiere una actualización constante y diversificada ya que el 37% del país está cubierto de superficie forestal.
En Cataluña, para contribuir a la salud de los bosques han nacido diversas plataformas ciudadanas que buscan recabar datos de los factores que afectan a la salud de los bosques (sequías, plagas, residuos…) para que después un equipo de expertos y científicos apliquen la mejor solución a los problemas detectados.
El trabajo conjunto de la ciudadanía ha permitido crear un mapa en el que se observa, de manera interactiva, la salud de los bosques de la comunidad.
Limpiar el bosque genera energía
Hojas secas, pequeñas ramas, raíces… son material combustible que alimenta vivamente los incendios forestales. Pero también puede alimentar el ganado o las plantas de biomasa. Limpiar los montes de residuos naturales es sencillo y, además, provechoso para algunos sectores como la ganadería o la energía renovable.
El crecimiento de la vegetación puede controlarse de forma responsable mediante el pastoreo. Durante la temporada de alto riesgo, que suele coincidir con los meses de verano, ganaderías procedentes del alto Ampurdán (Cataluña), Madrid o Castilla la Mancha, organizan sus pastos en zonas de riesgo.
De esta manera, limpian el monte y generan saltos en el follaje para prevenir la propagación del fuego si este llega a producirse.
Energía renovable
La energía renovable también contribuye a la limpieza de los montes. En este sentido, la biomasa ha supuesto un cambio de modelo en el que los residuos orgánicos sirven como fuente energética sostenible. Extremadura, zona de riesgo de incendios habitual, está desarrollando importantes iniciativas que ponen el foco en este sistema.
En 2018 se aprobó el Protocolo de Aprovechamiento Sostenible de los Espacios Forestales, que busca la gestión inteligente del paisaje forestal y la creación de bosques resilientes y resistentes a los incendios. Una de las tareas principales de esta iniciativa es reducir el exceso de combustible que se genera en los montes (entre 15 y 70 toneladas al año) y utilizarlo para producir energía.
A este fin se ha sumado ACCIONA, que cuenta con varias plantas de biomasa: en Briviesca (Burgos), en Sangüesa (Navarra) y otra en Miajadas (Cáceres), la primera en España diseñada para generar energía tanto con residuos agrícolas herbáceos como con leñosos.
Como ésta, existen diversas iniciativas para aprovechar los bosques de manera responsable y contribuir a su protección. Pero en todas ellas el origen es el mismo, la sensibilización de las personas.
Una sociedad que desconoce el estado de sus bosques difícilmente prestará atención a las soluciones que pueden e intentan mejorarlos. Apostar por modelos que eduquen en sostenibilidad y promuevan estas alternativas es determinante para mejorar la vida de las personas y también del planeta.
Fuente: Cristina del Estal Espeso / Planeta Inteligente – EL MUNDO,
Artículo de referencia: http://www.planetainteligente.elmundo.es/comprometidos/un-bosque-limpio-el-enemigo-de-los-incendios,